Volver a una vida que es invivible
Por Oscar Rodríguez.
Quedan 2 años. 2 años que marcarán el verdadero rumbo que le vamos a dar a nuestro país.
La elección es simple, tomamos el camino para vivir una vida vivible o tomamos el camino para volver a una vida invivible.
“Yo mañana me tengo que levantar temprano y seguir trabajando, a mí nadie me regala nada”.
Típica frase post elecciones ¿No?
La habrán escuchado más de una vez.
En algo estamos de acuerdo, el lunes posterior a una elección la mayoría nos tenemos que levantar temprano e ir a trabajar como todos los días, al menos los que tenemos la dicha de tener un trabajo.
La diferencia está en si los que sacaron más votos nos van a hacer vivir una vida vivible o nos van a hacer vivir una vida invivible.
Eso no es materia opinable, en eso no hay relato de medios hegemónicos que nos puedan engañar. Se siente, se palpa, se percibe.
Mucho se habló, en la previa a estas últimas elecciones, que el gobierno nos quería poner platita en los bolsillos, como si esto fuera algo tremendo.
Y si, se trata de rumbos que los diferentes gobiernostoman, algunos prefieren poner platita en los bolsillos a sus amigotes o poner la platita en paraísos fiscales, otros quieren poner platita en tu bolsillo, en mi bolsillo.
Eso se traduce de muchas maneras, por ejemplo, cuando se subsidia el transporte público, nos están poniendo platita en el bolsillo, las paritarias, el aumento de las jubilaciones, suma al mínimo no imponible, asistencia a PYMES, créditos a monotributistas.
Entre otras medidas que apuntan a favorecer el consumo. Poniéndonos “platita en los bolsillos”.
Diríamos que tratan de que tengamos una vida vivible.
El otro rumbo, ese que tomamos cada vez que llegan al poder político las corporaciones, los grupos concentrados de poder.
Pueden llegar por medio de elecciones democráticas o como llegaban antes por medio de falcón verdes y hombres de negro.
En ambos casos con consecuencias nefastas para el conjunto de la población.
Pensa, en las elecciones del 2015, fuiste a votar y como es lógico al otro día volviste al trabajo, pensando que lo que pasaba en las urnas no iba a cambiar tu rutina diaria.
Sin embargo…. nos agarró la peste amarilla.
Aumentos desmesurados de tarifas, en algunos casos más de 3000%, disminución del mínimo no imponible, cierre de cursos, presos políticos, destrucción del mercado interno, especulación financiera, persecución a periodistas, espionaje ilegal, fuga de capitales,
recesión, desempleo, aumento de la pobreza. Y ni hablar de la deuda externa que dejaron, una brutalidad.
O sea, hicieron todo bien, no se equivocaron en nada. Aplicaron las políticas económicas ortodoxas a lo bestia.
Mientras el gobierno nacional destina recursos para poder mantener tarifas congeladas y los precios sin aumentos, Rodríguez Larreta manda el presupuesto a la legislatura contemplando aumentos de más de 50% en ABL, patentes y estacionamiento medido.
Este es de los que te van a hacer la vida invivible.
El fuerte de la derecha anclado en la complicidad de los medios hegemónicos de incomunicación es generar en la ciudadanía cierta apatía con relación a la política, logran provocar odio y el odio obnubila la razón.
Cuando la razón está obnubilada se pierde la capacidad de pensar y esa cerrazón nos lleva a cometer errores forzados que a la larga nos hacen perder el partido por goleada.
Fíjate que de esa forma van generando sentido común, logran que se menosprecien a los gobiernos, mal llamados populistas.
Ahora bien, si logramos mantener la razón libre del bombardeo mediático podemos pensar que en cada gobierno “populista” se logra mejorar el tejido social, se pone en funcionamiento el mercado interno haciendo funcionar la rueda de la economía, se logra generar empleo, hay desendeudamiento.
Este es un circulo virtuoso que debería lograr continuidad en el tiempo, para obtener un afianzamiento del estado de bienestar, pero fundamentalmente en este periodo de gracia hay que adquirir un pensamiento crítico que nos permita cierta invulnerabilidad a los bombardeos mediáticos. Un tiempo suficiente que nos proporcione anticuerpos contra el veneno que destilan ciertos pseudoperiodistas, mercenarios del neoliberalismo.
El problema es que al no lograr las defensas necesarias caemos en el círculo vicioso que nos presenta la derecha.
Aparece ahí la dinámica neoliberal que nos propone tensión cambiaria para forzar una devaluación que logra licuar el salario.
Caemos en recesión, se destruye el mercado interno, se produce desempleo, se genera conflicto social, se apaga la economía, baja la recaudación se genera deuda con fuga de capitales lo que favorece la concentración de riqueza de una minoría que saca beneficios de estas catástrofes económicas y sociales provocadas.
La vida invivible.
Ahora bien, para que perdure el círculo virtuoso hay que tomar al pueblo de aliado explicando cómo es el juego, explicando cómo se puede ganar un partido de truco cuando siempre te tocan figuras.
Encontrándole la vuelta al que está enfrente el que siempre tiene el ancho de espada y juega mintiendo y escondiendo las cartas.
Se calcula que vamos a tener un superávit de 15 mil millones de dólares, una excelente noticia, que nos podría hacer la vida vivible, ahora con la deuda que nos dejo el gobierno anterior ese superávit se licua en los pagos que debemos afrontar.
Una vida invivible.
El juego esta andando, las cartas están echadas.
Es cuestión de aprende a jugar con las peores cartas.
El mazo es de ellos, el que anota los puntos es de ellos.
Pongamos astucia para entender de que se trata y cada vez que vayamos a las urnas, pensemos quien nos hace vivir una vida vivible y quien nos hace vivir una vida invivible.
Y defendámonos como pueblo aprendiendo a jugar, entendiendo las reglas del juego.
Y como decía mi abuelo, los de afuera son de palo.