Vivir en pandemia y sus cotidianidades
Por Agustina Velázquez.
Año 2020.
Año en el que tuvimos que aprender a vivir y convivir con un virus nuevo.
Que no sabíamos cuánto nos iba a modificar y a cambiar la vida. Nuestras miserias, nuestra generosidad, nuestra capacidad de entender, todo se puso en juego. Nuestra paciencia también. Un año difícil para el mundo en general, pero que algunos y algunas hicieron de la situación, algo meramente político. Qué tristeza, porque esto está pasando.
Tuvimos que aprender a convivir con el virus, a resguardarnos y a saber que nosotros y nosotras salimos a buscar al virus, no el virus a nosotros y nosotras. Cuánto habremos aprendido de esta pandemia cuando haya pasado y terminado. Cuánto habremos aprendido personalmente y cómo sociedad. Todo debería servirnos como experiencia para crecer. Y entender esa frase que dice “no es fracaso, es experiencia”.
Muchos creíamos que la pandemia nos iba a unir como pueblo, como país. Era lo lógico, pero lamentablemente se abrió una gran grieta. Una grieta en torno a un virus, qué increíble ¿no?.
Si el virus pudiera vernos divididos frente a él, y a su existencia, se nos estaría riendo, mientras miles eligen no cuidarse y otros mueren erróneamente habiéndose cuidado.
Cuando lleguemos al final del camino y podamos terminar de combatir a este virus, seguramente otras cosas nos sigan dividiendo, pero ojalá lleguemos triunfales y habiéndole ganado la batalla. Tuvimos que cambiar nuestra rutina, nuestra cotidianidad. Porque peleamos contra un maldito invisible.
El virus es un monstruo maldito e invisible, y por ahora la única arma que tenemos para combatirlo somos nosotros mismos y nosotras mismas cuidándonos .Aunque parezca algo tan fácil de entender, muchos y muchas todo este tiempo se estuvieron revelando contra eso .Diciendo que “el gobierno no le iba a decir lo que tenía que hacer “,como si no fuera por cuidarnos .Una grieta tonta y absurda y hasta peligrosa se empezó a engrosar con el paso de estos meses. Ojalá que todos y todas, los y las que hasta acá llegamos con vida combatiendo al virus, sigamos con la misma vida y salud cuando todo esto pase, pero con menos enfrentamientos.
Que los que se enojaron, no se enojen más, contra cuestiones que existen y no es político. Muchos lo politizaron, pero el virus no es política, es un virus. Que te puede matar, o podés vencer. Terminemos con enfrentamientos y reyertas estériles que solo nos dividen, y nos alejan de ser un pueblo más justo, más unido y vivir un poco más felices.