Vengo a proponerles un sueño
Por Pablo Rizzi.
El sueño de Charles Foster Kane es volver a ser niño y jugar con su trineo. Te cagué la película. Jodete, es un clásico, debieras haberla visto.
El sueño de Anahí es ser médica de fronteras. El sueño de Florencia es que Juan no le pegue más. El sueño de Esteban es tener concha. El sueño de Gabriela ya se mueve en su panza. No lo sabe pero ahí está.
El sueño de Abel era tener un carrito de pochoclo. Y lo tuvo. Se compró la concesión de un carrito de pochoclo en un club de la capital. Alguna vez tuvo una inmobiliaria por Villa del Parque, ahora le vendía a los buscas del tren. Caramelos, chocolates, tijeritas, galletitas, costureros de cartera, de todo había en su local y me gustaba pasar por ahí a visitarlo.
Después se compró ese carrito de pochoclo y perdió guita, claro; pero cumplió su sueño. Al tiempo falleció en un incidente violento con los buscas. Me gusta imaginar que Abel de pequeño miraba al pochoclero de la plaza y sentía que eso era la felicidad.
El sueño de Omar era ser Jagger, pero nació en Chascomús, nunca aprendió a tocar ningún instrumento y cantaba canciones de los rolling en un inglés de mierda.
Aún así cantó durante más de 12 años al frente de una banda tributo stone de 8 integrantes incluyendo coristas y piano. Una vez la banda salió en el diario Clarín, y en la foto publicada
habían dejado afuera a Omar por ser viejo, pelado y panzón.
Salimos en Clarin – repetía contento.
Un día le dijo al integrante más nuevo de la banda que algunos pensaban que tenía modales de patrón de estancia. Y se equivocan. ¡Yo soy el gerente de la banda!
El músico más nuevo se lo contó a los demás músicos, y todos lo abandonaron para formar
una nueva banda: La Sin Gerente.
Pero hasta ese momento Omar venia cumpliendo su sueño.
Susana Giménez dijo “el sueño de mi vida es comprarme tierra en África y curar chimpancés”. El culo de los gorilas tras las elecciones es lo que va a curar Susana.
Después de las críticas que recibió por devolver un perro en pleno aislamiento preventivo por coronavirus, y avalar la evasión de las grandes fortunas, el título de la nota es que sueña con comprar tierras en África, y curar chimpancés.
¿Y por qué no lo hace? Susana tiene 1300 millones de pesos declarados. ¿No puede hacerlo? Susana tiene una indiferencia a prueba de todo. Nada le resulta más fácil que soltar. ¿Por
qué no lo hace? Andate Susana, cumplí tu sueño.
No lo hace porque es mentira. Este espécimen nativo de oxigenados barrios exclusivos de Miami ni en pedo se va al África. Argentina es su África. Las miles de Susanas vocacionales que van al súper con el bolso dorado en el codo son sus chimpancés, amaestrados para salir a cacerolear a alguna plaza ocasionalmente, con visera de tenis y una banderita pintada en la mejilla a gritar: ¡Si, se puede!
El redactor de InfoBAE que escribe la nota sobre Susana lo sabe. Elige la frase más pelotuda para ponerla de título y llegar al público más pelotudo que a la vez es el más extenso. Alcoyana-Alcoyana. Nunca falla y es casi una burla para las miles de Susanas vocacionales que alguna vez soñaron ser Susanas.
El redactor de InfoBAE sueña ser alguna vez el irreal magnate de los medios Charles Foster Kane.
Sólo necesita un trineo.