Utopías en la urgencia
Por Liliana Etlis.
Entre las andanzas de mis sueños estaba el abrazo, pero no era cualquier abrazo, era ese que una siente enlazada entre las ideas, las utopías, las historias desarmadas que asoman abrochadas en una inmensa arquitectura de energía inacabada.
Sentipensaba todo esto junto, como si fuese un nudo apretado de sensaciones vividas ayer viernes, cuando comenzaron a sentirse en el aire aquellos momentos de extrema sensibilidad para los que vivimos muchas décadas y las ilusiones iban de la mano hacia otra alargando la musculatura hacia la solidaridad.
R. Juarroz en Poesía Vertical siente este poema
La mano se extiende,
pero a mitad de camino
la detiene una imagen.
Y se marcha entonces con ella,
no para poseerla
sino tan sólo para entrar en su juego.
La mano ha comenzado a enamorarse
en el camino y así la posesión y el don se le escapan.
La mano ha cambiado su destino
por el vuelo que no es un vuelo de pájaro,
sino un abandono a las mareas que no tienen costa
o a los desequilibrios de una sabiduría diferente.
La mano ha renunciado a su objeto
y ha adquirido el valor de su distracción.
La mano ha renunciado a salvarse.
Es en ese instante cuando se reflejan imágenes en espejos que reproducen relatos nuevamente, como si esas décadas vividas giraran en un reverso y funcionara en el envés temporal o como si quisiera ir hacia adelante con tobillos atados durante una sombra nocturna que revela ideas por fuera de la construcción apocalíptica.
Las palabras y las cosas sobresalen a veces sin explicación, pero creo que las renuncias, los temas vacunatorios, las dificultades para ser escuchados en lugares de mucha vulnerabilidad, los niñxs abusadxs, las violencias y crueldades, el control y el disciplinamiento, provocan un cultivo de extrema dureza en el alma, descreimientos y tristeza. Las utopías se desenvuelven y se acomodan hacia el mañana. Habrá que construir otras con la fluidez del alma. Ayuda a vivir, porque sin ellas seguirán los tobillos atados con sombras y faltará movimiento para el abrazo del mañana.
A veces solo leyendo a Juarroz o algunas líneas que me hacen viajar en otro espacio y tiempo más espiralado o circular, me animan a pensar que en algún momento rescataremos desde el fondo de la historia esas experiencias humanas que nos acercaban a la felicidad compartida.

Tiene que llegar un momento donde el hombre esté en el centro junto con la naturaleza y sea bello el vivir.
Me duele el país. El lanzamiento del Consejo Económico y Social con una mirada socialdemócrata, una intervención de un periodista desde las alturas y el repudiable uso de influencias, las desigualdades entre barrios del AMBA y CABA, las argumentaciones filosas de un poder judicial inmoral son acciones que agujerean estados, pero también están las existencias de las vacunas y la lucha por turnos y planificaciones y la salud por encima de la oscuridad y los sueños por un mundo mejor.
Sin unidad vamos al precipicio. Tratemos de encontrar diversidades que nos aúnan en este camino transversal, pluriversal, luminoso en las oscuridades sin perder la esencia del por qué el mundo gira alrededor de la justicia, la solidaridad, la equidad, la libertad. Un sentipensar en otro sistema de relaciones más humanas.
Escribía el poeta sentado tal vez sobre una cómoda piedra observando una realidad que le abrazaba en la ternura, en el tumultuoso mundo de lo sagrado sin teología y reflexionaba en sus adentros “El centro no es un punto. Si lo fuera, resultaría fácil acertarlo. No es ni siquiera la reducción de un punto a su infinito. El centro es una ausencia, de punto, de infinito y aun de ausencia y solo se acierta con ausencia…”
Me llevaban sus ideas y sus palabras a la realidad de nuestra patria. La ausencia es de Utopías y tenemos que recuperarlas para andar andando mejores.