Twitter, Agro y Política

Por Julio De Vido (h).

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Última semana del primer mes del que esperamos sea el último año marcado por una pandemia que posee un dinamismo pocas veces visto en todas las áreas de los quehaceres cotidianos tanto individuales como colectivos, nacionales, regionales e internacionales.

El ex presidente Macri finalizó la semana y el mes despidiendo y agradeciendo en Twitter a un usuario que se va del país, usuario que por cierto rozaba los invisibles límites del “trollaje” de redes sociales, ese mecanismo de acción política violenta que tenía, y en cierta forma sigue teniendo, su base de operaciones en la Jefatura de Gabinete.

En fin, el artículo de hoy no tiene como eje ni a Macri, ni a la Jefatura de Gabinete (que por hoy la dejamos descansar), ni a “Apuntes”, seudónimo del usuario de Twitter que se va del país. Sino que tiene como objeto a una superestructura bastante más compleja, diversa, anónima, campo de batalla virtual y tantas otras calificaciones y adjetivaciones como le quieran poner como son las redes sociales, en particular la “red social del pajarito”, Twitter.

En ese mundillo de aproximadamente 328 millones de usuarios activos se generan las más variadas y distintas acciones que no excluyen censuras que han llegado hasta la mismísima cuenta del presidente de los Estados Unidos. Sin embargo, analizándola de forma parcial y sectorial en términos económicos se pueden rescatar algunos intercambios interesantes y enriquecedores, una especie de aula de los más variados tópicos y a su vez una más que transitada vidriera.

El sector agropecuario no queda fuera de los debates que se dan día a día allí, productores agropecuarios, periodistas, investigadores, economistas, todos en algún momento se dan cita para intercambiarse opiniones, comentarios y situaciones que para ser ciertos en un altísimo porcentaje terminan en un revoleo de materia fecal.

Claro, ahí se da en un cara a cara virtual entre, por ejemplo, un contratista de maquinaria agrícola y un docente o un productor agropecuario y un industrial textil, infinidad de combinaciones a las que se le suman los seguidores de uno y otro. Poco queda generalmente para rescatar de esa arena romana.

Sin embargo, hoy les quería presentar un debate que se dio en el “timeline” o TL o la cartelera de Twitter.

Dos usuarios reales, con foto y nombre y apellido, el primero, economista, investigador del CONICET, lanza un tweet:

Para ser claro, prefiero eliminar el impuesto a las ganancias e inmobiliario a toda la producción agropecuaria, sacarles el IVA a todos los alimentos y hasta subsidiar la importación de insumos, y duplicar las retenciones, antes que bajar retenciones. El problema no es fiscal.”

A lo que el segundo, cargo importante de una cerealera del famoso ABCD, responde:

“Sigo con esto. La recaudación potencial de retenciones ronda los 1.5 trillones de pesos. El costo de alimentar al 44% de pobres según canasta básica es de 1.3 trillones de pesos. Me sobran 200 trillones para mejorar rutas y caminos o subsidiar a alguna automotriz.”

Contextualizando, el primer usuario sostiene un factor que desde este espacio hemos puesto en duda en reiteradas ocasiones que es el efecto precios internos de las retenciones, el segundo claro plantea que las retenciones no deberían de existir y duplica la apuesta, “nos hacemos cargo de alimentar a los pobres”.

Esa estrategia de contraposición de una política ya se ha visto con, por ejemplo, un planteo que hacia el sector agropecuario en el 2019 sostenido en que si les sacaban las retenciones podían comprar un bono para reducir la carga de deuda con agentes extranjeros. Anda a chequearlo…

Sin entrar en ningún comentario accesorio a lo textualmente planteado, al margen del interés que me genero el intercambio, la principal señal de alarma que me surge es que la política no está pudiendo dar respuestas ni a uno ni a otro sector o planteo, esto claramente no quiere decir que la política se tenga que situar en la ancha avenida del medio pero si definir el rumbo en el mediano plazo que tolere los vaivenes e incertidumbres que se pueden dar tanto en el terreno de los mercados agropecuarios como de cualquier otro segmento de la economía que tenga o pueda llegar a tener impacto en la vida cotidiana de los muy golpeados bolsillos de los argentinos.

Las redes sociales son manipulables, tienen fuertes sesgos que evitan que a partir de lo que en ellas suceda se puedan realizar análisis integrales de la realidad, en cierta forma se tratan de nichos de intercambio entre individuos heterogéneos.

Esto no significa que no sirva, como comenté al principio, observar sectorialmente lo que sucede y lo que se discute y mejor aún si el discurso no es hegemónico y las interacciones entre los usuarios mantienen cierto grado de cordura y conocimiento.