Sinceramiento o blanqueo, ¿solución soberana?

Por Julio Eduardo De Vido.

Durante la semana en nuestro programa Identidad Colectiva en Radio Continental AM 590, fuimos anticipando sobre los ejes en los que iba a girar la nota de este domingo en esta sección.

Guzmán va, el Fondo viene, es entre las fiestas, es en enero, febrero o marzo, Cristina no está de acuerdo, pero se mantiene al margen, Cristina le dijo a Alberto que es su gobierno y que sus gobiernos siempre pagaron la deuda.

Cosas que tenemos por ciertas, hace mas de veinte días el presidente anunció la formulación de un plan económico plurianual que sería enviado al Congreso del cual no sabemos prácticamente nada. Que el acuerdo a grandes rasgos pareciera estar “consensuado” en sus principales aspectos.

Por supuesto que estos “principales aspectos” hasta el momento no tenemos indicios de que puedan ser muy distintos a las tradicionales recetas ortodoxas del Fondo Monetario Internacional, ajuste del gasto público (reducción de subsidios a la energía, reducción del presupuesto destinado a la obra pública, etc.), reforma laboral, reforma previsional, injerencia directa del FMI en las decisiones de gobierno a través de su oficina en el Banco Central. Si este Fondo nos descoloca con algunas cuestiones, que pasará con el dólar, su brecha y el cepo vigente, que pasará con la estructura tributaria, siempre vale la pena recordar que a Macri le hicieron aumentar los derechos de exportación aun yendo frontalmente en contra de su contrato electoral, una vez más.

Por supuesto que a nadie se le ocurre, por razones macroeconómicas y monetarias obvias y por la magnitud del crédito tomado por la administración macrista, que la resolución de la deuda se ejecute “a la Néstor Kirchner” pagando al contado 9.810 millones de dólares, como anunció un 15 de diciembre del 2005 y concretó el siguiente 3 de enero.

Sin embargo, la única salida planteada en la actualidad es la que gira alrededor de la negociación financiera, camino natural de una situación de este tipo, camino que también podría haber encarado Kirchner, aunque, por ejemplo, opto por senderos asociados a la geopolítica como fue la relación con Venezuela y la importancia que tuvieron las actitudes del gobierno de Chávez para que, entre otras cosas, dicho pago al FMI se pudiera materializar.

En la actualidad, ¿se observa alguna vía alternativa?

El domingo pasado, el “Perro” Verbitsky planteaba algo así como que arribar a un acuerdo con el FMI, Argentina tenia su frente externo totalmente solucionado gracias a los aportes de China, Arabia Saudita (¿?) y los organismos multilaterales.

Supongamos que sea cierto, cual sería el beneficio de seguir corriendo los ejes de coacción y poder internacionales cuando a su vez sabemos que en distintos organismos del Estado el poder de EE.UU. esta más que vigente.

¿Qué nos limita a no poder generar una vía “nacional”?

Días atrás el diputado electo por la CABA, Leandro Santoro, planteaba que el monto de la deuda con el FMI implica que cada argentino le deba indirectamente 1000 dólares. Reforzando ese análisis circunscribiéndolo solo a la población económicamente activa (13.3 millones de argentinos) este monto sería de 3383 dólares per cápita, $339.191 al dólar oficial o $674.028 al contado con liquidación, ambos posición compradora, es decir, asumiendo que estas personas tienen el dólar billete, ya que de lo contrario esta claro que hoy por hoy el Estado no cuenta con los dólares suficientes para que los individuos acudan con los pesos a comprar esa cifra total en dólares.

El blanqueo de Macri del 2016 totalizó una cifra de 116.800 millones de dólares que en términos de recaudación alcanzó los aproximadamente 9.600 millones de dólares, este blanqueo tuvo muchos condimentos que llevaron a que en su momento se haya tratado de uno de los más exitosos del mundo, entre otros, la presión que estaba ejerciendo la OCDE y el GAFI sobre distintas naciones para “aceitar” mecanismos de cooperación en materia de lavado de dinero.

Aprovechando la mención a la OCDE, está informó que en el 2016 Argentina era el octavo país con mayores capitales fuera de su jurisdicción como así también INDEC hablaba de 230.000 millones de dólares “fugados”.

¿No sería este un buen momento para dejar de tomar esto como un dato o desde otra perspectiva una pila de expediente y auditorías que se encuentran en algún deposito de AFIP y tomar medidas políticas al respecto?

La asunción de este tipo de fallas estructurales por parte del Estado en situaciones trascendentales como la que estamos viviendo actualmente podrían configurar capítulos importantes en el porvenir de nuestra historia, así como fue en el gobierno de CFK la moratoria previsional por la cual el Estado, asumiendo el alto grado de informalidad de la economía y de las relaciones laborales, le reconoció a una gran masa de personas en condiciones etarias la posibilidad de recibir una pensión o jubilación.

Desde otra perspectiva, relacionada con el sector agropecuario, recuerdo una nota de Héctor Huergo de fines de 2019 interpelando al ministro de Economía a probar otro esquema que el de los derechos de exportación vigente reduciéndolo a su mínima expresión posible y, cito:

“Sustituir la recaudación por retenciones, por un sistema que denomino “Derecho a Producir” y operaría como un ahorro forzoso. El Estado entrega bonos por el monto pagado por este Derecho a Producir (sic). Ese bono pagaría un interés mínimo y puede emitirse a diez, veinte o treinta años. Le pongo números: 400 millones de dólares por mes, fijos e inamovibles, y no se estiran. Son 5.000 millones de dólares por año. Como la producción crecerá un 10% por año, el efecto de este derecho caerá a la mitad en menos de una década. Y así quedaría en un monto muy cercano al impuesto a las ganancias, ese 35% que implica justicia tributaria o igualdad ante la ley.”

En fin, desde esta humilde posición y espacio, son solo notas y pensamientos puestos en palabras con algún hilo conducente a disposición de ustedes para sumar, debatir, criticarnos, pero siempre con la agenda positiva, la del futuro, el empleo, la producción y nunca, pero nunca, con la negativa de la chicana, el insulto, el odio y las denuncias cruzadas de los falsos adalides de la justicia y la moralina.