“Si sos un drogadicto”
Por Camila Sequeira.
El 6 de agosto del 2020, el Jefe de Gabinete del Ministro de la Nación (Santiago Cafiero), el Ministro de Desarrollo Social (Daniel Arroyo) y la secretaria de SEDRONAR (Gabriela Torres), lanzaron un programa llamado “Potenciar Acompañamiento”. El mismo está destinado a personas que están en la última etapa de la rehabilitación, dándoles un estímulo para poder salir a la sociedad y, de esta forma, reintegrarse consiguiendo trabajo y/o estudios para no volver a recaer en la adicción. En resumen, el proyecto que presentan Cafiero, Arroyo y Torres, es una política integral que despliega ayuda, financiamiento y acompañamiento a estas personas en situación de vulnerabilidad.
Al leer el artículo uno cree que es correcto lo que está haciendo el Estado, intervenir y ayudar a las personas que estén en rehabilitación, para lograr tener una nueva vida y no recaigan en cualquiera de las adicciones conocidas. Pero, ¿cuál es el verdadero problema que quiero abarcar? Pues, es esa población convencida que una persona en rehabilitación va a usar la plata que les da el Estado para comprar más droga, porque un “drogadicto” eligió serlo y si quiere salir de ello lo tiene que hacer “solo”, conseguirse un trabajo “solo” y esforzarse “solo” a salir de esa situación. Las personas hoy en día se olvidaron que estar en rehabilitación por adicción, o como ellos le dicen “drogadictos”, es un ser humano enfermo, habitualmente con bajos recursos y con pocas posibilidades de estar insertada en la sociedad.
Se supone, es de conocimiento general, que una persona con estas condiciones le cuesta mucho más conseguir un trabajo, a diferencia de otra que “se rompe el lomo estudiando”. Pero, al parecer, no es así, al parecer para una cantidad importante de la población que el estado ayude al más vulnerable es un problema. Para muchos el gobierno que preside Alberto Fernández, es un Estado que “mantiene vagos” y castigan al que trabaja y/o estudia.
De esta forma suelen confundir y mezclar varios conceptos. Como, por ejemplo, comparar la beca que da el programa gubernamental Progresar a los estudiantes, de $2000 promedio y con varios requisitos en el medio para poder conseguirlo, con este nuevo proyecto donde se busca ayudar a las personas que están en la última etapa de rehabilitación y puedan estudiar y/o trabajar si así lo desean. Me parece que, como estudiantes, se olvidaron que tienen muchas más posibilidades de estar bien económica y socialmente que una persona con una adicción, o simplemente con una persona que no tiene los mismos recursos que ellos. Además, hay que tener en cuenta que según la facultad a la que asistas podrías obtener otro tipo de ayuda, que posiblemente una persona adicta no.
Entonces, me pregunto, ¿Cuál es el odio que le tiene la sociedad a aquellos que quieren reinsertarse de nuevo en la misma? ¿Cuál es el desprecio que le tienen? ¿La necesidad de comparar todo y discriminar al que menos tiene? Porque, sinceramente, no encuentro manera de calificar este odio de la sociedad a los más vulnerables, a los que tienen menos posibilidades, al que tuvo que pasar por cosas jodidas para caer a la enfermedad que tiene hoy en día. Sin olvidarnos que busca ayudarse yendo a un centro de rehabilitación para poder salir de esa situación, para poder estudiar o trabajar, para volver a reintegrarse socialmente. ¿Por qué generan ese desprecio y comparan situaciones o cuestiones que no tienen nada que ver una con otras? Tantos meses hablando de la salud de las personas que estamos en cuarentena, que “el estado no piensa en la salud de la gente”, ah, pero cuando el Estado saca un programa para ayudar a personas realmente enfermas, se quejan.
Como no es para ellos, no les sirve, como los que se benefician son otros, “mantienen vagos”.