Se cierra el círculo sobre Vicentin
Por Gustavo Feldman.
Los bancos extranjeros que también son acreedores de Vicentin formalizaron la pretensión de ser querellantes en el marco de la causa penal iniciada por nuestra denuncia de hace unos meses en la justicia penal de Rosario y que lleva adelante el Fiscal Miguel Moreno. En el escrito puede leerse la solicitud de “que se investigue si las autoridades de Vicentin presentaron información financiera falsa para obtener créditos por cientos de millones de dólares”.
Lo interesante de la presentación radica en que se describe el accionar de VICENTIN con un modus operandi similar al que, representando a algunos acreedores locales, denunciamos en su momento: toda una maniobra de simulación orquestada a fin de estimular la captación de deuda que nunca se pagó y que todo indica nunca pensó honrarse. Todo esto a través de un sinnúmero de conductas coordinadas desde la cúpula de Vicentin y llevadas a cabo en diversos ámbitos; comercial, institucional, político, nacional e internacional; con una clara división de roles y funciones de los que formal y realmente manejaron y aun manejan Vicentin; más allá de la tramposa renuncia de su directorio de hace pocos días.
La disparidad morfológica de este grupo de acreedores extranjeros con los acreedores locales se transforma en coincidencia al momento de describir el desenvolvimiento conductal del Grupo Vicentin y sus nefastas consecuencias. Los bancos que ahora quieren ser querellantes con razón y derecho, son grandes corporaciones financieras que se dedican exclusivamente al apalancamiento de operaciones cerealeras en los cinco continentes. Según el planteo de estos bancos radicado en la justicia neoyorquina el tema Vicentin constituye “uno de los mayores escándalos financieros mundiales de la historia”.
A mediados del año pasado Vicentin hizo saber a estos bancos que gozaba de excelente salud tanto económica como financiera, así logro seguir captando deuda a través del otorgamiento o renovación de créditos. Se movía por esos tiempos en espejo respecto del mercado granario local.
Poco después empezaron los incumplimientos y la mora con el Banco Nación; y allí aparece la pata política, el contubernio con el régimen macrista y el auxilio de los directores de entonces del Nación, Castellani y González Fraga.
Paralelamente comenzó un goteo de algunas cuentas del Grupo que recibía remesas en dólares por exportaciones, y que diariamente eran extraídos de esas cuentas. Esta operatoria contó con la anuencia explicita del Directorio de entonces del Nación. La historia siguió en diciembre de ese año con la declaración del “estrés financiero”, formula elíptica y engañosa acuñada por Roberto Gazze, Director Financiero y mente diseñadora de semejante esquema operativo.
Ante el virtual default, vino la corrida de los productores y acopiadores locales y el tobogán que desembocó en la farsa que todavía tramita en el Juzgado de Reconquista, aun a cargo de Fabián “salvador” Lorenzini.
La sospecha, fundada, por cierto, de los bancos extranjeros y del Fiscal es que la empresa habría obtenido esos créditos del exterior ocultando una multimillonaria deuda con los productores agropecuarios”.
Dicen los bancos: “La información obtenida a través del Discovery en los Estados Unidos abona la hipótesis de que, en lugar de utilizar el financiamiento para comprar granos, Vicentin SAIC habría utilizado el dinero para financiar otros negocios familiares que no forman parte del balance”.
Esta última conclusión de los bancos extranjeros además de ser coincidente con nuestra “teoría del caso”, abre la puerta para otro vector investigativo: la posible perpetración del delito de balance falso, tal como vengo diciendo hace ya medio año.
El circulo sobre el despojo monumental perpetrado por Vicentin se va cerrando, las hipótesis de un principio se van confirmando y el aporte de prueba, lenta pero firmemente se está concretando. La grotesca puesta en escena que todavía perdura en Reconquista tiene sus días contados.
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