Recalculando
Por Daniel Prassel.
Ya son 45 años de esa noche oscura, tremenda, que tanto duele y tanto marcó, pero que aun así pudo ser denunciada, expuesta, confrontada con la realidad real de lo que había pasado y porque había pasado lo que había pasado, porque el simplismo de pensar que la dictadura solo pudo ser un ejército de militares locos o malos contra un Pueblo, relato que el neoliberalismo suele manejar muy bien, encierra una caracterización errónea de lo que sucedió en esos años, hoy vamos a intentar reflexionar sobre los verdaderos objetivos de quienes se hicieron antidemocráticamente con el poder en marzo de 1976.
Vale decir hasta el hartazgo, que, hasta el nefasto golpe, ya conocíamos bien las agresiones del estado hacia el Pueblo y sus conquistas, bombardeos, fusilamientos, persecuciones, cárcel, desapariciones, etc., conformaban un cumulo de violaciones a los DDHH que sistemáticamente se inscribían en una sola dirección, que no era más que derrotar y quebrar el campo popular, que tanta identidad había cosechado y robustecido gracias a los diez años del General y Evita en el gobierno.
La organización política como herramienta vigorosa de construcción colectiva, el desarrollo de un modelo sindical único en el mundo donde por cada diez trabajadores había un delegado gremial, la posibilidad concreta de industrialización para poder pasar de un modelo agroexportador a uno de sustitución de importaciones y la movilidad social ascendente, fueron bastiones de la resistencia popular contra aquellos y aquellas que venían a llevarse puesto al Peronismo.
Pero lo que estaba por venir soplaba fuerte del norte, no era algo de orden local sino regional y mundial, el mensaje era claro, tenía que haber un “Peronicidio” que no era ni más ni menos que desterrar para siempre las banderas de la justicia social, de una patria soberana, de la igualdad como bien común de la sociedad.
Ese “Industricidio” que se cobró miles de empresas cerradas y saqueadas, para implementar, de una vez y por todas, un plan económico de achicamiento del estado, desempleo, concentración económica en manos de grupos oligárquicos que devinieron en gigantes monopolios, deuda externa como lastre para no despegar jamás, desprecio de la identidad nacional, represento y representa la matriz de lo que vino a realizar la dictadura en términos estrictamente políticos, económicos y estratégicos.
Por supuesto que nos es inocente que hablemos de “Peronicidio” o “Industricidio” en lugar de “Genocidio”, y no porque no lo hubiera, ya que por eso luchamos y seguimos exigiendo verdad y justicia por nuestrxs 30.000 hermanxs, pero usamos esos términos justamente para empezar a tirar de la punta del ovillo que permita comprender en detalle de que hablamos cuando hablamos de los objetivos del poder real, que si bien asesino, torturó y violo, lo que realmente anhelaba era someter al Pueblo a las más mínimas condiciones de subsistencia, para poder seguir enriqueciéndose cada vez más.
Creemos firmemente en seguir poniendo al descubierto la cuestión económica como génesis del golpe, porque son luchas que debemos seguir dando, hay que avanzar e ir por los civiles que empujaron a los militares asesinos y antipueblo para que cometieran los vejámenes del terrorismo de estado, a ellos todavía no los alcanzó esta justicia que tenemos.
Ahora bien y como decimos siempre, hay que sumar nuevas estrategias de todo tipo, para poder seguir contando el horror de lo pasado, que a 45 años pareciera estar cada vez más lejos de la comunidad, sobre todo para las generaciones que vienen, será cuestión de creatividad y militancia volver a construir sentido de todo lo vivido, recordar lo malo pero también lo bueno como las experiencias de lucha de abuelas, madres, HIJOS, Ex Presxs y Sobrevivientes, que nos han enseñado en tiempos muy duros el valor de no rendirse nunca.
Sinceramente en términos efectivos, hay una masa juvenil muy comprometida que levanta como bandera la memoria y los DDHH, desde ahí debemos partir, escuchando y vivenciando juntxs que les pasa a las pibas y pibes cuando se encuentran con toda esta pesada historia, debemos estar cerca para poder apuntalar y sembrar valores y sueños que nos vuelvan a poner en la órbita de la liberación nacional, porque si hay algo claro es que solo coexisten dos modelos de país posibles, que no son más que Liberación o Dependencia.
Encontrémonos siempre en la lucha, eso es sinónimo de que la esperanza no es solo una consigna o enunciado vaciado de contenido, sino un verdadero rumbo que nos deposite en el país que tanto queremos y merecemos, país por el que los 30.000 dieron todo sin guardarse nada.
Se lo debemos a nuestrxs 30 mil, al igual que a todo lo que nos dio Perón, Evita y años después Néstor y Cristina, porque no podemos caer siempre en la trampa de arrancar de cero, tenemos luchas precedentes, convicciones y mucha militancia, rescatemos la historia y construyamos memoria, pero con los objetivos bien claros.
Sin olvidarse jamás que el enemigo no dudo en bombardearnos o llevarse puestos a 30 mil de las y los mejores dirigentes y militantes del campo popular, tampoco dudara llegando el momento, pues entonces a sabiendas de todo eso no nos queda más que seguir organizando poder popular en cada ámbito por donde transitemos.
Dice el General Perón en su discurso del 15 de abril de 1953:
“Los hombres que, como yo, viven solamente para el pueblo, necesitan de esa solidaridad. Por eso siempre que yo he hablado al pueblo, más que órdenes, he impartido consejos. Un presidente que aconseja, más que presidente es un amigo, y eso es, precisamente, lo que yo quiero ser de mi pueblo: un amigo. Cumpliendo siempre la primera verdad establecida en nuestro catecismo peronista, que dice que la verdadera democracia consiste en que el gobierno haga solamente lo que el pueblo quiere y defienda un solo interés: el del pueblo.”
General Perón
Más Estado, Más Solidaridad, Más Comunidad, como nuestrxs 30.000 nos enseñaron.