Ramón, Ramona y la sobrina de Wiñazky

Por Claudio Posse.

No es ninguna novedad que la televisión sigue siendo una fuente central a la hora de marcar “temas”, “agenda” o como quieran ustedes llamarlo. Hoy les propongo que hagamos un ejercicio individual para entender lo colectivo. Únicamente para eso.

Preguntémonos, que nivel de influencia tienen en nuestro marco ideológico los medios masivos de comunicación. Pero, para que esto funcione, lo primero que tenemos que sacar de nuestro espíritu es la competencia. Así, no nos mentimos. Vamos a tomar tres casos y voy a desplegar alguna que otra anécdota solo para graficar.

Caso 1:

Ramona: la compañera vivía y activaba en una organización villera (la Garganta Poderosa). Hace cuatro o cinco semanas atrás denuncia que en la Villa 31 no había agua. Grave denuncia teniendo en cuenta que estamos en medio de una Pandemia y en la que los comunicadores de los medios masivos de comunicación nos dicen que debemos enfrentara al virus LAVANDONOS LAS MANOS. Grave. Sin lugar para cuestionamientos de ninguna especie o valoración. Ramona no era solamente una villera sin agua, era una militante popular que, como toda militante, pone el cuerpo delante de sus compañeros y compañeras. Hace unos días murió Ramona contagiada por Covid 19. La consecuencia de la falta de políticas públicas determinó el trágico desenlace en la vida de Ramona y una perdida más del campo popular.

Después del estupor social inmediato: “pobre Ramona”, “que terrible”, “Dios santo”, y etc. Ramona fue quedando relegada y ya las expresiones sociales y colectivas empezaron a diversificar hasta que pudimos escuchar, por ejemplo, al intelectual de derecha (vaya contradicción) Federico Andahazi decir algo así como: “Están construyendo con Ramona el nuevo Santiago Maldonado”. Increíble no?, pero hay más. En varios lugares escuche decir expresiones como: “los villeros la están cagando, se portan mal”. No voy a aburrir con más dichos similares. El punto es que Ramona de ser una denunciadora justa por la falta de agua se transformó en una que se “portaba mal” en cuestión de días. ¿Y hoy? Todos se olvidaron de Ramona.

Caso 2:

Ramón: el primer Ministro de de Salud que tuvo nuestro país. Sí. El mismo que le dijo a Perón: “Tenemos un ministerio para las vacas y no para el ser humano”, un vanguardista, un estudioso y, a la vez, un tipo que eligió meterse en el barro. De hecho murió perseguido y en la extrema pobreza. Ícono de los sectores de izquierda dentro del peronismo. ¿Qué pasó esta semana? Una organización con sede en  EEUU dijo que ellos pensaban que por una película y un libro: Carrillo era Nazi. ¿No me creen?, búsquenlo, pero aparte busquen el programa de Graña del Viernes 22 a la noche por América 24 donde una tal Marcelo García (hizo un libro donde tira una teoría un tanto extraña: Perón quería hacer una raza superior, no ahondemos por favor) decía que: Existe un papel que es parecido a un documento que dice que un nazi trabajo con Carrillo”, ante la inmediata pregunta de Graña: ¿Tiene la firma de Carrillo el documento ese?  La respuesta es: NO, pero trabajaba con él y, agrega, también parece que tenía una oficina en el ministerio de Carrillo. Para poner en claro semejante disparate, el “negro” (entiéndase el apodo) Carrillo no solo no era nazi, sino que aparte, como todo el gobierno de Perón, estaba rodeado de argentinos que profesaban la religión judía, que tampoco es un mérito (al menos para mí ateísmo), pero lo que es, es.

Tanto en el caso 1 como en el caso 2 claramente existe una manipulación mediática fuertísima que se disputa con nuestro poder de análisis y nos quiere meter el sentido común a como fuera lugar. Pero lo que me parece que tenemos que hacer es frenar un poco y vernos a nosotros mismos.

¿Qué nos pasa cuando viene el vendaval mediático a conquistarnos?

He escuchado decir infinidad de veces que la Tele ya no marca el ritmo del sentido común, que no influye. No lo sé, habría que debatirlo. Pero sí, me parece imperioso, que empecemos a construir puentes comunicacionales sistémicos donde nos podamos cuestionar, donde podamos interpelar al resto de la comunidad y dialogar juntos. Para que no nos olvidemos de Ramona, ni tampoco de que millones de compatriotas viven en la miseria más absoluta. Para que no nos olvidemos de Ramón (Carrillo) que dejó los cimientos del sistema de salud que hoy combate al Covid 19, a pesar del ataque permanente de décadas y décadas de gobiernos liberales.  Para que tampoco nos olvidemos de Santiago (Maldonado). Para pensarnos, porque eso es no olvidarlos.

Uy…, me olvidaba del caso 3, la sobrina de Wiñazky. Solamente una reflexión: ellos no son invencibles también hacen boludeces.