Posición tomada
Por Daniel Prassel.
Vamos cumpliendo casi un mes, desde que más de dos mil familias, decidieron tomar un predio en la Localidad de Guernica sita en el Partido de Presidente Perón, por supuesto nuestras empresas masivas de comunicación han abordado el tema como sabemos que les gusta, titulares grandilocuentes como “Hay que defender la propiedad privada”, “Usurpadores que venden terrenos” y otros tantos, coparon y copan buena parte de los noticiosos cada vez que se toca este tema, ahora bien como decimos siempre, y si en lugar de quedarse con esos simplismos, complejizamos la cuestión? No sería mejor comprender que está pasando para que estos episodios sean una constante, vale recordar otras tomas recientes como la del “Indoamericano” en 2010 con Macri como Jefe de Gobierno, que dejó un saldo de 2 muertos y 5 heridos graves, donde incluso para colmo de males, ocho jefes policiales de la Federal y de la ex Metropolitana fueron sobreseídos por la represión que ocasionó dichos hechos graves de violencia institucional.
Las dificultades para el acceso a la vivienda son parte de la matriz constitutiva de la Argentina, eso no es ninguna novedad, dentro de la nueva agenda de DDHH que se construye día a día, este déficit complejo se ha agudizado más que nunca, asistimos a un escenario donde las tomas se multiplicaron en distintos lugares del país, con focos en las provincias de Buenos Aires y Río Negro. Hoy la intención no es de ninguna manera analizar las distintas miradas que existen sobre el tema, aun dentro de nuestro mismo Frente donde hay puntos de vista diversos, sino que, por el contrario, pretendemos visibilizar este derecho importantísimo para cualquier persona, ya que para nosotros los y las Peronistas, el techo propio es el mayor acto de justicia social.
Primero lo primero, destacar el acceso a la vivienda como uno de los principales derechos que debemos garantizar, es imposible pensar una batalla contra la desigualdad si cada vez hay más personas que no pueden acceder a un lugar para vivir, bien sabido es, que un porcentaje grande de compatriotas son inquilinos lo cual también más allá de que puedan pagar un espacio, debiera ser un dato a tener en cuenta para comprender esta situación que impera, quien no se compraría su casa en lugar de dejar sangre, sudor y lágrimas todos los meses de su vida en algo que ni siquiera será suyo ni de sus hijos, como vemos el problema no solo son los “usurpadores de lo privado” es algo mucho más profundo, añadiré un dato más que me parece pertinente, aclaro que preferiría evitar lo autorreferencial ya que nunca es la idea, pero les cuento que vivo en un barrio de clase trabajadora, donde si camino tres cuadras para el punto cardinal que sea, me voy encontrando como mis amigos de la infancia que al igual que yo siguen viviendo en la casa de sus viejos, algunos quizás pudieron construir en la plata alta, otros en un pedacito de terreno o en el fondo, en fin como se ve, ninguno pudo abandonar el nido, y créanme eso no responde a una elección sino a una imposibilidad de poder hacerlo.
Ahora bien, en segundo lugar como siempre hay que derribar una serie de zonceras que desde los medios nos imponen para que no veamos la magnitud de los problemas, alguien cree que a pesar de que puedan pulular un pequeñísimo grupo de vivos que se metan en ese terreno a ver si sacan una ventajita económica, la mayoría de las familias que se animan a exponerse a represión, violencia y otras yerbas, en verdad no necesitan una casa o terreno para poder vivir, no seamos ingenuos, el problema existe y hay que abordarlo, a veces duele ver no solo las imágenes de los niños guarecidos prácticamente en chozas de nylon que se arman para bancar la toma pero más duele que los comunicadores mientan perversamente y demanden represión y mano dura como única solución a un conflicto como este, casualmente lo hacen desde sus cómodos sillones en pomposos estudios de televisión sin haber pasado nunca por una situación de estas características.
Debemos reivindicar además, decisiones institucionales que están ocupadas en esta misión de llegar a un acuerdo entre las familias y los dueños del terreno, porque también hay que decirlo nadie está en contra de la propiedad de nadie, pero creemos firmemente en la función social de la tierra y la propiedad que nada tiene que ver con fantasmas y expropiaciones, sino con un uso regulado que dé respuesta a las demandas sociales, siguiendo con el caso de Guernica, que problema pueda haber para que llegado el caso se le compraran los terrenos al dueño para armar un barrio si las tierras se encontraban ociosas, nada mejor que sentar a las partes y trabajar en un acuerdo donde nadie salga perdiendo y donde la dignidad no la negocie un juez con una orden de desalojo sino rubricando una salida pacífica al conflicto.
Gran trabajo del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, comandado por el Cro. Andrés Larroque, quien rápidamente en trabajo conjunto con el gobierno local de Presidente Perón y la articulación con otras carteras, armaron un dispositivo de abordaje interministerial para asistir a las familias que se encuentran en la toma, evitando así cualquier salida violenta que pudiera terminar en una masacre, quizás a los profesionales les duela pero estos temas sensibles no se definen solo con una firma de un funcionario sino con la acción política directa y concreta, esa que humaniza en lugar de estigmatizar y que siempre se hace cargo en lugar de apelar a tecnicismos fríos y liberales.
La pandemia dejo al descubierto de manera cruda todas las desigualdades estructurales que tenemos que atender, para ello hay que seguir aunando esfuerzos, propuestas, estrategias y acompañar fuertemente desde una posición política clara y sin fisuras, defender el derecho a la vivienda con la vehemencia correspondiente pero también defender el derecho a la propiedad privada, sin entrar en contradicciones estériles a las que nos quieren llevar para provocar el enfrentamiento entre compatriotas, siempre como nos guía nuestra doctrina atendiendo primero a los y las de abajo, que son quienes más sufren las carencias.
El derecho a la vivienda se inscribe en la nueva agenda de DDHH como un desafío, pero también como una obligación, es sinónimo de dignidad, comunidad organizada y trabajo para todo el Pueblo Argentino.
“Sensibilidad e Imaginación es base para ver, ver base para apreciar, apreciar base para resolver y resolver base para actuar”
Juan Domingo Perón
Más Estado, Más Solidaridad, Más Comunidad, como nuestrxs 30.000 nos enseñaron.