Populismo… ¿Y?
Por Oscar Rodríguez.
Tendencia política que pretende atraer a las clases populares. Según la definición de la RAE.
Está claro que la definición de la Real Academia Española sobre populismo es abstracta y no logra dimensionar verdaderamente su significado.
Sin embargo, y aunque muchos pensadores no han logrado ponerse de acuerdo en definir al populismo, es más sencillo de lo que aparenta.
Laclau dice que pocos conceptos han sido más ampliamente usados en el análisis político contemporáneo y, sin embargo, pocos han sido definidos con menos precisión.
Entrando en un análisis de la definición que da la RAE, con los hechos históricos que se podrían definir como el nacimiento del populismo, ya desde ahí encontramos inconsistencias en la definición.
Podemos tomar como comienzo de los movimientos populistas los ocurridos en Rusia y EEUU en el siglo XIX y veríamos que ambos presentan un eje común principal, el campesinado.
Sin embargo, la diferencia está basada en que en EEUU tuvo mayor relevancia la acción de agricultores y trabajadores del campo, mientras que, en Rusia lo preponderante fue la acción de intelectuales, que tenían como principal motivación la educación.
De todas maneras, no se puede negar que el punto común de los dos movimientos es el rechazo a las elites dominantes.
Surge un descontento popular cuando los poderes soberanos son utilizados para la acumulación de inmensas y sombrías fortunas privadas.
En Rusia desde un enfrentamiento con la nobleza y en EEUU con banqueros y empresarios. Ambos movimientos le otorgan al hombre común, al pueblo, un valor con virtudes carentes en otros actores sociales.
¡¡EUREKA!! El populismo es el enfrentamiento organizado a poderes económicos y elite sociales que conspiran contra el bienestar del pueblo. Es la búsqueda del estado de bienestar a partir de la puja distributiva. ¡Toma pa vos RAE!
No hay mucho más análisis que pueda llevarse adelante que contradiga esta sencilla definición de populismo.
Claro que esta concepción populista de ejercer el poder político golpea de lleno a las clases dominantes que reaccionan atacando con amañados conceptos, denigrando esta línea de acción a favor de las clases populares.
Se menosprecia conceptualmente todo lo relacionado al populismo tratando de atribuirlo a fenómenos sociales que carecen de contenido serio.
Ahora, volviendo a nuestro tiempo, dejando de lado la lucha que se emprendió en Rusia y EEUU, sin menospreciar el hito de reivindicaciones que han fijado en la historia mundial.
Los denominados gobiernos populistas en América, fueron aquellos que buscaron alcanzar su industrialización a partir de la sustitución de importaciones con el objetivo de terminar con la dependencia externa.
Clinc!! ¡¡¡Enfrentamiento organizado a poderes económicos!!!
¡¡La comunidad organizada!!
En nuestro país, ¿se podría definir al peronismo como el nacimiento de un movimiento populista?
Veamos, a partir de la definición que pudimos elaborar, el peronismo fue el gobierno que introdujo medidas para vehiculizar demandas del pueblo.
Esto no se logra sin la presión de las luchas populares.
El estado de bienestar en nuestro país no se podría haber logrado sin la existencia del 17 de octubre.
Cuando se habla de estado de bienestar se tienen que dar ciertas condiciones para lograrlo, sin ser economista (con licencia de los excelentes economistas que escriben en este portal) me atrevo a destacar algunos puntos a ejecutar para lograr ese estado.
Presión fiscal con redistribución del ingreso, y acá está el punto que toca los intereses de la elite social y económica. Cuando aparecen estos gobiernos que pretenden una justa redistribución del ingreso son rápidamente vilipendiados llamándolos “Gobiernos populistas”
Populismo… ¿Y?
La generación de subjetividad del neoliberalismo se pone en marcha para denigrar el término populismo.
Llegando a lograr que el propio pueblo menosprecie a los gobiernos que llevan adelante políticas de equidad social.
Cuestionar los procesos de producción de sentido común es indispensable para la conformación de acciones colectivas que puedan reconfigurar nuestra defensa a “Gobiernos populares” que se plantan a los poderes económicos en pos del bienestar de las mayorías.