Pandemia en la ciudad más allá de la foto
Por Oscar Trotta. Médico Pediatra.
La Ciudad de Buenos Aires deja ver su cara más cruda en medio de la pandemia que azota a la humanidad en su conjunto.
El CoVid-19 deja al desnudo, no solo el deficiente funcionamiento del sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires sino la enorme fragilidad de las políticas neoliberales que hace 12 años viene llevando adelante el gobierno del PRO y que se evidencia en todas las áreas de gobierno con un profundo impacto social.
La deficiente infraestructura sanitaria en los barrios más pobres de la Ciudad se observa notablemente en la falta de provisión de agua potable en la villa 31 del barrio de Retiro y la creciente aparición de casos positivos de CoVid-19 en las comunas 1-4-7 y 8 que conforman el cordón sur de la ciudad y a la vez son las que presentan el peor indicador de NBI (necesidades básicas insatisfechas) en nuestra jurisdicción.
Los comedores y merenderos de las villas de la ciudad que atienden las crecientes demandas de la población en aislamiento social preventivo, sufren el desabastecimiento de los alimentos y la falta de provisión de elementos de higiene, mientras en los comedores escolares es notoria la entrega de paupérrimas raciones de comida en viandas que no llegan a cubrir las mínimas necesidades calóricas de la población infantil.
Los ancianos, las personas en situación de calle, los geriátricos, los institutos de menores son poblaciones de riesgo sin acciones proactivas que garanticen sus cuidados en medio de la pandemia y más aún el personal de los hospitales y centros de salud de la ciudad, expuestos permanentemente en la primera línea de acción frente al virus, reclaman por los elementos de protección personal que les aseguren el cuidado de su integridad y prevengan el contagio.
Es destacable el acercamiento de las áreas de salud del Gobierno de la Ciudad al Ministerio de Salud de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires para enfrentar la pandemia, pero solo limitado a las cuestiones sanitarias, cuando las áreas de infraestructura, economía, desarrollo social, seguridad y otras responsabilidades del gobierno de la Ciudad en el cuidado de sus habitantes son claramente deficientes.
No alcanza la foto del jefe de gobierno porteño Rodríguez Larreta junto al presidente de la Nación Alberto Fernández para esconder la desidia del gobierno de la ciudad ante la problemática que afecta a los monotributistas, trabajadores independientes y pymes de la Ciudad de Buenos Aires, quienes atraviesas penurias que son invisibles a los ojos y sordos a los oídos del Gobierno de la Ciudad lo que claramente es manifestado por los propios afectados.
El Gobierno Nacional a través del programa DETECTAR en las villas y asentamientos de la ciudad, junto con la intervención de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, logró estabilizar la curva de contagios en la villa 31 y 31 bis y sostiene el control del desborde de casos en el resto de los barrios populares de la ciudad.
El Presidente de la Nación ha demostrado una firme decisión de cuidar la salud y defender la vida de todos los argentinos, aún frente a las críticas irresponsables y oportunistas de algunos sectores de la oposición que buscan rédito político generando angustia y desesperación en la población.
El Ministerio de Salud de la Nación ha logrado ampliar la capacidad de respuesta del sistema público de salud aumentando en más de un cincuenta por ciento el número de camas de alta complejidad, distribuyendo un número creciente de respiradores a los centros de salud de toda la Argentina, capacitando a profesionales y mejorando la capacidad en la atención de los casos graves de CoVid-19, lo que le valió el reconocimiento internacional en el manejo ejemplar de la pandemia.
La decisión oportuna y firme del presidente de la nación para instalar tempranamente el aislamiento social preventivo obligatorio en nuestro país nos permitió llevar a cabo la adecuación del sistema de salud a las exigencias que impone esta crisis sanitaria mundial. El infortunio sufrido por otros pueblos hermanos nos posibilitó conocer la evolución de la enfermedad y los mecanismos de contención y mitigación del daño.
Hoy atravesamos un retorno a la fase uno de aislamiento social preventivo obligatorio como consecuencia de un aumento acelerado de casos luego de una apertura administrada de la cuarentena. El pico de contagios no llagó aún y su aumento conlleva incremento de casos graves y muertes.
Hoy más que nunca necesitamos del compromiso solidario y responsable de toda la población en esta etapa decisiva en la guerra contra la pandemia.