Operación Formosa

Por Silvina Caputo.

Escuchá a Silvina Caputo en “Operación Formosa” acá.

Esta semana fue la Operación Formosa. Claro que se viene moldeando desde hace varios días con presentaciones judiciales incluidas, no sea cosa que el lawfare desaparezca de la escena y los jueces amigos olviden sus funciones.

Esta vez la acusación de los seguidores del ´Domador de reposeras´, tuvieron que ver con la supuesta violación de los derechos humanos en Formosa en los centros de aislamiento de COVID19.

No importa la gestión, no importa que el gobierno del signo político al que acusan haya tomado medidas desde un primer momento frente a la pandemia, ni las vacunas que llegaron al país, ya en un tercer vuelo, provenientes de Rusia (y en un avión de Aerolíneas Argentinas).

No importan las políticas en materia de Derechos Humanos que defendió siempre el kirchnerismo ni la coalición gobernante.

Lo que trasciende es la denuncia, la acusación, pero, sobre todo, el show televisado como el miércoles pasado no tuvo parangón.

La presentación judicial de Juntos por el Cambio, fue firmada por el senador Luis Naidenoff, pero terminó desestimada en una primera instancia, hasta que la Cámara Federal de Casación determinó que debe ser la Justicia Federal la que investigue el hábeas corpus presentado por el senador.

La acusación: supuestas violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno peronista de Insfrán.

Estas violaciones tendrían que ver con las condiciones en las que mantienen su aislamiento pacientes sospechados de tener Covid-19. 

Según la presentación de Naidenoff, en los centros no están garantizadas la salubridad, un ambiente sano, la salud física, la privacidad, intimidad, la circulación y el derecho a recibir un trato digno.

Pero, como Elisa Carrió no podía ser menos, pidió también formalmente al Procurador General de la Nación, Eduardo Casal, la intervención en la provincia y salió a anunciarlo por medios afines. En ese escrito, la Coalición Cívica, agrega que también existen “detenciones violentas a miembros de la comunidad Wichi”.

Y para que no queden dudas, el petitorio hace extensiva la responsabilidad al gobierno nacional en la figura del secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, entre otros funcionarios.

Enseguida, el Partido Justicialista Nacional, con José Luis Gioja a la cabeza, recogió el guante y defendió la política sanitaria de Insfrán al tiempo que denunció una “feroz campaña, en un año electoral”.

En un comunicado difundido esta semana, el PJ explicó que no sólo la política sanitaria de Insfrán es la adecuada, sino que se trata de la provincia con “menos casos de COVID-19 y muertes” registradas en el cómputo nacional.

También pusieron luz respecto de los tiempos electorales y de “la oposición brutal” contra la gestión de gobierno en una provincia con claro sesgo peronista.

Al día siguiente, en el diario La Nación, los escribas de la tribuna sacaron de contexto unas declaraciones del senador José Mayans, quien también tuvo que salir a aclarar que no había justificado ningún maltrato porque no existían.

Para terminar con el tema, fue el mismo Pietragalla Corti el que se subió a un avión y en Formosa visitó centros de aislamientos, se reunió con concejales opositores y con organismos de derechos humanos.

Pero en cuanto llegó a la provincia, lo esperaba la continuidad de la puesta en escena del show.

Una comitiva integrada por tres concejalas opositoras -lideradas por Gabriela Neme- lo aguardaba a la salida del centro que funciona en la Escuela 224 junto a “un grupo de jóvenes -como publicó Infobae-” para “pedirle explicaciones”.

Como sea, el título del portal fue -el miércoles pasado-:”La llamativa respuesta de Pietragalla ante un reclamo en Formosa: “¿Te pensás que estoy acá disfrazado para carnaval?”, parafraseó el medio, ilustrando con una foto del funcionario vestido con el correspondiente traje antivirus.

Esa misma noche, TN mostraba ´en exclusiva´ el testimonio de una de esas jóvenes que se despachó a gusto acusando a Pietragalla Corti de mal educado, en el contexto de una pregunta al voleo.

El jueves a la tarde, la verdad resultó -como siempre- menos estruendosa: el secretario de Estado informó en una conferencia que “se verificó un incremento de los casos de violencia institucional durante la pandemia porque los controles están en manos de las fuerzas de seguridad. Hubo denuncias en varias provincias y estamos atentos a todos los casos. Pero no se puede decir que se cometan delitos de lesa humanidad en la provincia”, remarcó.

Y en ese sentido, agregó: “Tampoco existen centros clandestinos de detención. Eso debe quedar claro. En el marco de una estrategia epidemiológica que llevó a cabo la provincia pudo haber aciertos y errores y vamos a hacer recomendaciones”.

Sus palabras fueron difundidas luego del encuentro que tuvo con la concejala Neme, quien incluso manifestó más tarde, haberse sentido “escuchada” por Pietragalla Corti y hasta llegó a afirmar que el funcionario “tomó nota de todo lo planteado y reconoció que en todo el mundo hay policías con excesos”.

Esto último, por supuesto, no fue difundido ni televisado.

Y así vamos, con la gestión por un lado y con las operaciones del otro.

No hay centros clandestinos de detención en Formosa, y el mismo nieto recuperado tuvo que ir a desmontar la canallesca acusación. La pregunta es aquí, side esta forma se puede gobernar. Saliendo a desmentir cada infamia cuando la gestión llama.

El peronismo y el kirchnerismo están acostumbrados, pero no deja de ser injusto.

Mientras tanto, la coalición gobernante deberá continuar velando por la salud de todos y todas, también en Formosa, donde una vez más, han instalado la agenda los que cerraron ministerios, los que dejaron vencer vacunas, y los que nos contaron hasta el hartazgo, que el coronavirus es una gripecita.