“New Amsterdam”

Por Maximiliano Rusconi

En las últimas horas quedé fuertemente impactado por el desarrollo de la serie “New Amsterdam” que se emite por una señal no gratuita.

Tengo claro que la pandemia nos ha colocado a todos en riesgo de que cada una de las emociones impacte mucho más que de costumbre en nuestros ya castigados hombros anímicos. Pero debo decir que me he emocionado mucho.

Tengo derecho a no declarar que me ha hecho llorar, pero también siento la obligación de decir que esa serie, que sucede alrededor de un hospital público de los EEUU, me ha hecho pensar en nuestro país.

Mi hijo siempre me reta cuando pretendo “esmerilar” –según su rapero lenguaje- el desarrollo de una película o serie a quien todavía no la ha visto. Por ello es que en un acto de rebeldía liberador de la opresión adolescente haré, aunque rápidamente, exactamente eso.

En la serie, el Dr. Max Goodwin llega al “New Amsterdam Hospital”, con una energía irreverente, un compromiso conmovedor por ayudar al otro, cero apego a las formas y decidido a producir un cambio trascedente.

A favor de esa energía transformadora tiene una historia particular que explica su apuesta al cambio, pero le juega en contra cierta enfermedad a la cual el no parece ofrecerle ni el más mínimo cambio en su compromiso y solidaridad con cada una de las personas que llegan a él, o que puede ir a buscar.

Max le declara la guerra a la falta de compromiso, al individualismo, al estrellato, al egoísmo, a la mezquindad.

Max estimula a cada uno de los integrantes del New Amsterdam a ponerse la camiseta, en todos los niveles. Organiza reuniones y charlas con enfermeras y enfermeros, personal de limpieza, médicos especialistas de cada departamento, administrativos, etc., etc. A todos les pide lo mismo: una entrega sin igual y les ofrece sentir orgullo por su tarea.

Max no se deja frenar por el escepticismo, ni por el desgano, mucho menos por los intereses creados.

A Max no le importa nada lo que “siempre se hizo”, ofrece su creatividad para cambiar la historia de los que conoce y de los que todavía no conoce y van a necesitar de él.

En esta nota convoco a los lectores a un trabajo práctico: veamos esa serie y obtengamos un conjunto de máximas para reconstruir el país.

La justicia, la economía, la salud pública, la educación requieren que todos seamos Max.

La Argentina necesita de los pequeños grandes héroes, solidarios, generosos, valientes. Ningún país ha salido de la pobreza con mezquindad y egoísmo.