Mercedes La Gioiosa: La salud de la producción en época del coronavirus

Desde comienzos del mes de marzo, el Gobierno Nacional viene desplegando de manera multidisciplinaria una lucha por minimizar los efectos de la pandemia sobre el territorio argentino.

Teniendo como objetivo primordial la preservación de la vida humana, ha adoptado sin embargo medidas en diferentes frentes con el objetivo de proveer al sistema de salud, evitar el deterioro en la cadena de pagos y favorecer la resiliencia de los sectores más vulnerables en el marco de la cuarentena dispuesta.

En el marco de estos esfuerzos que ya involucran recursos equivalentes a más del 2% del PIB, el sector productivo arribado a este escenario sin resto luego de cuatro años de abandono, exigió al Gobierno la constante adopción de medidas para minimizar el perjuicio sobre la actividad manufacturera y así evitar daños irreversibles.

Así es que se activó una fuerte política de ingresos de emergencia que, protegida por la definición temporal de precios máximos para productos esenciales, busca tanto preservar a los sectores más vulnerables durante la pandemia, como reconocer a aquellos trabajadores públicos y privados que efectúan tareas esenciales, al tiempo que permite reducir el impacto de la cuarentena en el consumo. En este sentido, se estableció un incremento en las partidas para asistir a comedores escolares, comunitarios y merenderos. Se aumentó la frecuencia de carga de la tarjeta “Alimentar”, se reforzó el seguro de desempleo, se otorgó un plus a los titulares de planes sociales y un bono extraordinario a más de 9 millones de jubilados, pensionados, titulares de la AUH y Asignación Universal por Embarazo. También se estableció un “Ingreso Familiar de Emergencia” de $10 mil para quienes se encuentran desocupados; se desempeñan en la economía informal; trabajan en casas particulares o revisten en las categorías más bajas del monotributo; y se otorgaron sumas no remunerativas a personal sanitario público y privado, y a agentes de seguridad y defensa.

Por el lado del sostenimiento de la oferta, el gobierno nacional creó el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción que contempla la postergación o reducción de hasta el 95% del pago de contribuciones patronales, la asignación compensatoria al salario para trabajadores a cargo del Estado y la asistencia a través del Programa de Recuperación Productiva (REPRO) para los sectores afectados por la pandemia.

Para las micro, pequeñas y medianas empresas en particular se dispuso la suspensión temporaria del corte de servicios básicos (electricidad, gas, agua y telefonía) por falta de pago, la prórroga del vencimiento de deudas, además se lanzó una línea de crédito para capital de trabajo con una tasa preferencial del 24% anual y se creó un Fondo de Garantía por un monto total de $30 mil millones para facilitar el acceso al financiamiento.

Desde el punto de vista del abordaje sectorial, se creó el Programa de apoyo al sistema productivo en el área de insumos, equipamiento y tecnología sanitaria para hacer frente a la emergencia, se financiará la producción y abastecimiento de alimentos e insumos básicos a través de líneas de crédito, y para reducir el impacto en la construcción y sus industrias conexas se decidió incrementar el presupuesto destinado a la obra pública y relanzar el programa Procrear.

Así como un análisis honesto de la cuestión sanitaria nos revela que el esfuerzo del Gobierno y de la ciudadanía en su conjunto a partir del aislamiento social no puede tener como objetivo realista evitar los contagios, si no minimizarlos y administrarlos para así poder ser abordados por el sistema de salud de manera integral, en el caso de la cuestión productiva el objetivo racional de las medidas antes expuestas no es evitar el impacto de la cuarentena en la actividad sino transitar la coyuntura evitando la aparición de daños irreversibles en los distintos sectores de actividad.

En la medida que se continúe cumpliendo con el principal objetivo del Gobierno que es mantener bajo control la emergencia sanitaria, nuevos sectores productivos podrán exceptuarse del aislamiento obligatorio y las medidas de apoyo adoptadas habrán cumplido el objetivo de preservar la salud productiva del país.