Mafia: el oscuro tabú de China

Parte 1: Introducción al mundo de las mafias

Por Federico Velez*.

Si bien generalmente la mafia es un fenómeno criminal asociado a la realidad de países como Italia, quien lo ha llevado quizás a su máxima expresión, China no es ajena a dicha problemática internacional. En efecto, una mirada profunda en sus entrañas revela una de las organizaciones mafiosas más grandes: las Triadas.

Junto a las mafias de Italia (Cosa Nostra, Ndragueta, Camorra y Sacra Corona Unita), Japón (los Yakuza) Turquía (“mundo subterráneo”) y Albania constituyen el selecto grupo de crimen organizado que extiende sus ilícitos por todo el globo. Así, asistimos en nuestro siglo a una “Era de la Criminalidad”, como bien sugiere Jean François Gayraud, favorecida en parte por la globalización. Gayraud es un célebre especialista en Criminología y autor de “el G9 de las mafias en el mundo”, una obra de referencia  y un canon clásico en este campo de estudio.

Aunque su clasificación abarca 9 tipos (incluyendo una división norteamericana de la Cosa Nostra) no excluye la posibilidad de conformación de potenciales nuevos grupos, las así llamados “protomafias”, en alusión a su estado embrionario. Sin embargo, desde que su manual salió a la luz por primera vez, han pasado ya casi 20 años. Por tanto, la realidad internacional ya es muy distinta y lo que antes era una “protomafia” ahora es mafia con todas sus letras. Prueba de esto es la mafia rusa (Bratvá) o  la mafia mexicana (cárteles). El G9 entonces pasa a ser un G11 y quizás en las próximas décadas, el número vaya en aumento.

Frente a las amenazas ya clásicas como el terrorismo, guerras convencionales, uso de armas nucleares y la proliferación de Estados fallidos, se agrega además el auge de las mafias. Una amenaza silenciosa y de alto voltaje para la Seguridad Internacional.  

Para comenzar, debemos definir qué es lo que se entiende por mafia. Se trata de una organización criminal estructurada y jerárquica que extiende su accionar sobre un territorio específico (nacional e internacional) a través de la violencia con el objetivo de obtener ganancias. Las principales características que la definen son: 

a) la diversidad de crímenes manejados (trata de personas, tráfico de droga, extorsión, protección, etc)

 b) una forma de organización basada en una sociedad secreta 

c) una iniciación ritualista para los nuevos miembros

d) el sentido de familia y pertenencia 

e) la ganancia de cifras millonarias por sus negocios ilícitos 

 f) la imposibilidad o enorme dificultad para  desertar del grupo

 g) el predominio casi absoluto de integrantes varones 

h) el silencio como valor fundamental y herramienta de “trabajo”

 i) la infiltración en gobiernos mediante vínculos con políticos corruptos

j) en algunas mafias, un origen anclado a leyendas

El origen de las mafias tuvo su comienzo en el sur de Italia, particularmente en la ciudad de Palermo, región de Sicilia. La Cosa Nostra fue el primer grupo mafioso en ver la luz, tanto que en principio mafia y Cosa Nostra eran sinónimos. El surgimiento se da en el siglo XIX, en la transición del feudalismo a la modernidad, con un Estado ausente, los terratenientes para asegurar su propiedad privada hicieron uso de guardias privados. Esta es la teoría más aceptada. Etimológicamente, nadie sabe el origen de la palabra mafia, existen innumerables versiones, desde el acrónimo “Morte alla Francia, Italia anela” o “Mazzini  autorizza furti incendi avvelenamenti” pasando por la lengua siciliana y hasta el idioma árabe (mafia= bravuconería, jactancia). Gayraud revela que la primera vez que aparece la palabra mafia fue en 1863, con la comedia “Los mafiosos de Vicaria” y luego en 1865 en un reporte oficial de un policía. 

Para el presente artículo de Identidad Colectiva, se ha dialogado en una entrevista exclusiva con Arije Antinori, criminólogo italiano, sociólogo de base con Master en Teoría y Método de Investigación Criminal y Doctor en Criminología aplicada a la Seguridad e Investigación. Cuenta con más de 50 publicaciones sobre el tema y es profesor de la Universidad La Sapienza en Roma así como de numerosos centros de estudios del país. 

Arije Antironi.

Al hablar de mafias, de acuerdo con Antinori “una característica que está en el ADN del mafioso es que construye fuertes vínculos con instituciones locales y nacionales, muchos vínculos con políticos locales y funcionarios públicos. De esta forma, con este aval es posible crear una gran red que corrompe  cada nivel de la sociedad, se trata de una corrupción sistémica. Esta es una de las estrategias y modus operandis más poderosas  que penetra bien profundo en el corazón del Estado. Utilizan el dinero para ganar más poder y así sucesivamente. El poder les permite obtener las habilidades necesarias para  crear una especie de Estado dentro del propio Estado. (Estado profundo)”.

Y además señala “otra de las características es la de una fuerte identidad subcultural. Aquí en Italia tenemos 4 grandes grupos de mafia, con  tradiciones  y estilos de vida tradicionales, con grupos específicos dentro de culturales tradicionales de regiones específicas. No es posible separar una comunidad local de la mafia local ya que la mafia organiza el grupo, usa las mismas raíces culturales pero las  modifica para justificar el comportamiento criminal y la violencia, para motivar la dirección y mantener la capacidad de dirigir un territorio especifico.”

Por otro lado, resulta interesante y necesaria la distinción básica que realiza entre el crimen tradicional y la mafia, dado que en ocasiones, este último término es utilizado incorrectamente y en un sinfín de casos en los que se está ante la figura de un criminal tradicional. En sus propias palabras “la principal diferencia es que el primero está motivado por el dinero, las personas están conectadas entre sí solo para cometer el crimen, suelen ser profesionales y no hay un vínculo familiar o de sangre, no siguen reglas. Solo buscan ganar dinero por medios ilícitos. En el otro caso, el de la mafia, tenemos una base de  una especie de comunidad, una subcultura del crimen, la mafia usa y necesita al Estado, las instituciones dado que buscan crear una relación  simbiótica. Son como chupadores de sangre (blood suckers) con el Estado para ganar poder y dinero”.

Llegado a este punto, a partir de las vinculaciones políticas y gubernamentales, es posible proponer y asistir  al concepto de “Estado Mafioso”, una categoría que no es contemplada por la actual bibliografía de la Teoría Política ni en sus cátedras respectivas, pero que es de suma vigencia en nuestros días a los fines de tener una mejor comprensión de la Política Internacional. Las mafias por lo tanto, se han vuelto un fenómeno de la cotidianeidad de nuestras vidas del que no podemos escapar en un mundo cada vez más globalizado.

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*  Lic en Relaciones Internacionales. Especialista en China (Sinología). Diploma en Gestión de Negocios con la República Popular China- Universidad Nacional de Córdoba Experto en Relaciones Internacionales (Konrad Adenauer) Miembro del Observatorio de Comercio Internacional de la Universidad Nacional de Lujan- Área Relaciones Internacionales. Adscripto en UNC.  Escribe en Hoy Día Córdoba, Comercio y Justicia y La Ruta China.  Locutor en radio Activa 105.9FM Córdoba. Miembro del Nodo Asia y áfrica –  Universidad Nacional de Rio Cuarto.