Los esenciales

Por Daniel Prassel.

Hoy vengo a traer como siempre, una humilde reflexión acerca de nuestros derechos y la posibilidad certera de poder ejercerlos, cabe destacar que cada uno de ellos está íntimamente relacionado con una obligación, si bien esto pareciera ser una obviedad, lo traigo al artículo porque a veces pareciera que nos olvidamos de esa circunstancia y que solo estamos para reclamar sin poner nada de nuestra parte para poder construir una sociedad inspirada en valores y más humana.

Una palabra que se repitió mucho en estos cuatro meses de Pandemia, fue “esenciales” en referencia a los trabajos y tareas que no podían suspenderse de ninguna manera, a pesar de las medidas preventivas implementadas, allí encontraremos distintos trabajadores como personal de salud, fuerzas de seguridad, comercios que venden alimentos, farmacias y alguno que otro más, hasta ahí, posee bastante lógica el término utilizado para caracterizar los mismos, ahora bien valiéndome del juego de palabras quisiera hablar de qué derechos debieran ser “esenciales” en una comunidad organizada, justa y soberana.

Para hoy elegiré tres que me parecen de los más citados últimamente, e intentare con cada uno, proclamar una aproximación con el objetivo de que podamos de manera conjunta, pensarnos como los verdaderxs constructores de esos derechos, a fin de cuentas y volviendo al inicio, no solo somos eso, sino que, por cada derecho, existe una obligación a no olvidarlo jamás.

Hablemos del Derecho a la Salud, te pido además no irnos tan lejos como en notas anteriores donde describíamos la maravillosa gestión del Dr. Carrillo en el Gobierno de Perón, recordemos los últimos años donde hubo un Gobierno que degrado al Ministerio de Salud convirtiéndolo en Secretaría, quizás muchxs no sepan qué significa esto, básicamente y al hueso, para que se entienda, perdés en términos políticos y términos presupuestarios, es fácil darse cuenta entonces que con menos llegada a la toma de decisiones y menos recursos, lo más probable es que la cosa no funcione correctamente y que ese derecho no esté garantizado en su pleno goce, la medida de Macri de reducir la autoridad de esa área no podía significar nada bueno, por más que hoy lo veas dando notas sobre cómo enfrentar la crisis sanitaria.

En este caso nuestra obligación debe ser la de nunca resignarse nuevamente a perder dignidad en este campo, por supuesto desde el gorilaje y el medio pelo podrás escuchar que lo privado es mejor o superior a lo público, a lo que habrá que responderle con pasión pero por sobre todo con política, yo quisiera saber cuál clínica o sanatorio privado puso a disposición sus instalaciones en pos de ayudar en este contexto pandémico, ninguno de ellos lo hizo y recordemos además cuando nuestro Ministro de Salud tuvo que retroceder cuando les confirmó que no habría DNU para disponer de los recursos hospitalarios del sistema privado en caso de ser necesario, una locura total empresas que se llenan los bolsillos pero la solidaridad bien gracias.

Un buen ejemplo para mostrar siempre es el Hospital “El Cruce” en Florencio Varela, inaugurado por el Cro Néstor Kirchner en 2007, un orgullo conurbano que demuestra que lo público puede ser digno y posible, es hacia ahí donde debemos direccionar nuestros esfuerzos.

En segundo término, un parrafito sobre la tan mentada “libertad” que por supuesto constituye, en el significado correcto, uno de los derechos más importantes que componen nuestra humanidad, hemos visto cómo de tanto banalizarlo, termina casi, siendo una parodia en boca de unos cuantos irresponsables que promueven marchas de lo que sea con tal de confrontar con el Gobierno pero para peor aún, cuando se utiliza de manera totalmente inadecuada desde los comunicadores que habitan cada empresa masiva de comunicación, el daño que se genera en la sociedad es muy difícil de dimensionar, porque de pronto (y me pasa seguido) he escuchado testimonios delirantes como “si le sacan la empresa a Vicentin quien te garantiza que no te sacan lo tuyo” o “si sos opositor no te van a dejar circular como en Venezuela”, confieso sin ninguna vergüenza que estas exclamaciones provinieron de un empleado argentino de Supermercado Chino y un chofer de remis, por lo que más allá de esbozar alguna risa creo que debemos realmente preocuparnos y pensar en serio como contrarrestar a nuestros enemigos, que por supuesto son los que nos quieren robar efectivamente la libertad, pero en este caso no solo la de carácter físico y económico sino la libertad de pensamiento crítico.

Por último, dejo sobre la mesa el derecho a la seguridad, y acá me pongo muchísimo más serio porque se vienen dando hechos muy complicados para la vida en democracia, está recrudeciendo fuerte la problemática de la violencia institucional en su cara más compleja que es la violencia policial, a los casos que citábamos en notas precedentes se han sumado el de Lucas Verón, joven de 18 años fusilado por efectivos de la bonaerense en González Catán y Facundo Astudillo Castro que ya lleva más de 70 días sin que sepamos nada de él, lo cual no solo acrecienta la preocupación sino que obliga a seguir tomando acciones para dar con su paradero lo antes posible.

Aspectos importantes a tener en cuenta, en el caso de Lucas los dos agentes acusados se encuentran detenidos y en el caso de Facundo ante una presentación de la Subsecretaría de DDHH de la Provincia la policía fue separada de la investigación, por lo que debemos redoblar esfuerzos para seguir avanzando y dar respuesta efectiva a estos hechos.

Es el momento justo de dar esta pelea para erradicar las prácticas sistemáticas de vulneración de los DDHH, tal cual lo expresa el reciente comunicado del Consejo Federal de Derechos Humanos que reza en uno de sus párrafos: “También sostenemos que es importante que los miembros de las fuerzas de seguridad entiendan que llevar adelante políticas contra la violencia institucional es una clara defensa de las instituciones y sus miembros, ya que la habilitación a cometer actos ilegales sólo responsabiliza y genera futuras sanciones a ellos/as mismos/as y casi nunca a las conducciones políticas”, recomiendo enfáticamente el texto entero, que expresa una línea clarísima e inclaudicable de un Estado comprometido en todos sus niveles a terminar con este flagelo.

La patria es el pueblo y nada puede sobreponerse al pueblo sin que corran peligro la libertad y la justicia. Las fuerzas armadas sirven a la patria sirviendo al pueblo.” EVITA

Más Estado, Más Solidaridad, Más Comunidad, como nuestrxs 30.000 nos enseñaron