Longobardi: ¿Quién dirige tu dictadura?

Por Claudio Posse.

Esta semana arrancó con declaraciones del periodista, que trabaja en la empresa más grande y monopólica de medios de nuestro país, el grupo Clarín, Marcelo Longobardi refiriéndose a la democracia, imagino que entiende a la misma como método de organización de un país, en donde determinó “estándares” para que un país pudiera tener, o no, democracia, claramente argentina no estaría entre los países suertudos.

En el “pase” con Jorge Lanata, logró lo impensado… Lanata quedo a la izquierda de él. Y yo que siempre pensé que a la derecha de Lanata quedaba solo la pared, pues no, estaba escondidito Marcelo longobardi. Dicho esto, les propongo que escuchen el audio de esta charla entre Jorge Lanata y Marcelo Longobardi.

Como escucharon: “Formatear la Argentina”, me imagino que habrá querido decir: “borramos todo y empezamos de nuevo”, y agrega (esta parte es muy interesante): “…la democracia no es para cualquier país, la democracia requiere de estándares de bienestar económico, de igualdad económica, de oportunidades, de estabilidad…”. Increíble, ¿no?

Obviamente que infinidad de compañeros saltaron a criticar las declaraciones de uno de los periodistas más importantes que tiene el Grupo (Clarín). Pero, como intentamos siempre, le propongo que le demos una vuelta de tuercas a estas declaraciones pensando dos cuestiones: 1) ¿Qué lo motivo a Longobardi a tirar semejante “bomba” ?; 2) En el caso que fuera así, que no tuviéramos esos estándares mencionados por él, ¿Quién dirige esa argentina autoritaria que pretende Longobardi?

Lo primero esta relacionado con la acumulación, siempre pensé que la política es una herramienta acumulativa, no importa a que grupo se pertenece. El proceso de acumulación se torna más sencillo cuando tenés a los medios de tula do, más si son hegemónicos. A modo de ejemplo, acuérdense de las “Cadenas Nacionales” de Cristina Fernández, desde la primera que hizo hasta la última en todos los medios, gráficos, radiales, televisivos y las redes, se machacaban con que eran: largas, ilegales, autoritarias, etc., etc., etc. y miles de etc. Más, ¿qué terminó pasando? Nuestros propios compañeros y compañeras decían cosas como: “che, que frene un poco Cristina”, “la gente está cansada”, “así perdemos las elecciones” y muchas más que ya no recuerdo, por suerte. Ahí podemos ver la acumulación es su punto de ebullición, una y otra vez repitiendo conceptos hasta que se instalan como verdades. Así hicieron con el golpe de estado cívico militar del 24 de marzo de 1973 pero también lo hicieron en el golpe de estado a Yrigoyen el 6 de septiembre de 1930. Porque el método de acumulación es el mismo, cambian las herramientas para propagarlo, pero la esencia es la misma. Longobardi busca en este caso imponerle a la sociedad que la democracia es inaplicable en la Argentina, por lo tanto, según Longobari, es necesario un “modelo autoritario”, es decir: UNA DICTADURA.

Podría sumarme as las críticas ante semejantes dichos, sin embargo, me parece más interesante interpelarlo a Longobardi y, teniendo en cuenta su teoría, la pregunta sería: ¿Quién conduce la dictadura que pretende Longobardi? Porque los “estándares que propone el para que un país sea democrático son bastante interesantes, de hecho, concuerdo con las ideas que puntea este señor: bienestar económico, igualdad económica, oportunidades, estabilidad. Esta demás decir que entiendo que todo esto se puede lograr en democracia. Eso nos diferencia. Pero la duda que me queda es la siguiente, ¿Longobardi se bancaría una dictadura que genere bienestar e igualdad económica?, por ejemplo, como hicieron los Coreanos que expropiaron todas las tierras quedando en manos del Estado o los cubanos que no tienen salud administrada por los privados (Si Marcelo es todo del Estado). Porque esto países tienen una estabilidad muy interesante y de oportunidades ni hablar.

¿Se bancaría esos modelos Longobardi? La respuesta es contundente y clara: No.

Porque lo que quiere Longobardi es un modelo autoritario de “Ellos”, de los mismos de siempre, de los que siempre instauraron modelos autoritarios en Argentina. Los del 30, los del 55, los del 76. E instauran esas dictaduras para implementar modelos que benefician a la elite económica, judicial, mediática y política (de sectores minoritarios pero intensos, recordemos que la última dictadura cívico militar tuvo 200 intendentes radicales y funcionarios en todos los ministerios de la mayoría de los partidos liberales).

Lo importante de estas situaciones que, más allá de las críticas rápidas y zocaleras que le podemos hacer al empleado de Clarín, debemos entender cómo actúa y mueve el enemigo permanentemente. Es necesario construir ámbitos de discusión política que hoy están ausentes en el Campo Nacional y Popular. Debemos darnos un espacio de construcción donde podamos debatir y aportar a los espacios del poder político. ¿Dónde está el Partido Justicialista para plantar su posición con respecto al inicio de una ola desestabilizadora? ¿Dónde esta el sindicalismo para repudiar estos hechos? Estar están, pero no abren ámbitos de discusión y acumulación política, con lo cual damos una ventaja enorme hacia afuera y un debilitamiento extraordinario hacia las propias filas que empiezan a sentirse incómodas, por la inacción reinante en nuestro espacio.

Por supuesto que la democracia es un valor supremo para nosotros, porque a los que nos reprimieron, bombardearon y desaparecieron fueron a nosotros. Pero la democracia no se trata únicamente de votar, se trata de construir poder popular para tener una patria libre, justa y soberana. Y bueno… en eso estamos, a pesar de algunos propios que les gusta la rosca de café y poco el territorio y, a pesar de Longobardi, que claramente le gusta los modelos autoritarios.

Por último, me parece importante construir espacios propios de debates y opinión, como decía el general: con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.