La pandemia y la pobreza desde una mirada nacional

Por Mariela Montiel.

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Hemos llegado al último mes del peor año que ha tenido la humanidad en este siglo. Actualmente, la OMS ha localizado el nuevo epicentro de la pandemia en América Latina, a pesar que EEUU sea el país con mayor cantidad de muertes por covid. En el siguiente cuadro confeccionado con datos proporcionados por la misma OMS, intentamos reflejar el resultado exitoso de haber llevado adelante una política de aislamiento total desde el mes de Marzo y que fue abriéndose gradualmente a medida que la población adquirió los hábitos de cuidado y prevención frente al covid 19. El las líneas que continúan analizaremos este cuadro con los índices que ha arrojado esta semana el Observatorio de la Universidad Católica Argentina donde exhiben un incremento significativo en el deterioro de las condiciones de subsistencia económica de los hogares y la población en el contexto de la emergencia sanitaria, donde la pobreza en el último año se ha elevado un 6,4 %.

También, remitimos a las palabras del sociólogo y ensayista portugués Boaventura De Sousa Santos, una de las figuras centrales que participa del ciclo de encuentros Proyecto Ballena que presenta el Centro Cultural Kirchner desde el 4 de diciembre y hasta el próximo domingo.

Casos cada 100 mil habitantesTotal, de MuertesPaís
3.26939.512Argentina
3.119,30175.564Brasil
no proporciona108.863México
44.425,63  280.090EEUU
Boaventura De Sousa Santos

A pesar de que la oposición intentó culpar al gobierno de Alberto Fernández de llevar adelante una cuarentena eterna y encontrando en este punto la causa principal del alto porcentaje de pobreza en Argentina, los números dicen lo contrario. Brasil y EEUU son los dos países con mayor cantidad de muertes en el continente, en ninguno de los dos casos han tomado medidas para evitar los contagios y así, cuidar la vida de sus compatriotas, sin embargo, sufren de igual modo la recesión económica y deberán afrontar una de las peores crisis a nivel mundial.

Habiendo dejado esto claro y mencionando las diversas políticas económicas, jurídicas y sociales que puso en marcha el gobierno de nuestro país, siendo el IFE, la tarjeta Alimentar, el ATP, la congelación de precios en servicios públicos y el sostén de las políticas ya existentes, será importante decir, que esto no ha sido suficiente.

El pensador De Sousa Santos caracteriza a la pandemia como el hito fundacional del siglo XXI y vaticina una convivencia intermitente con el coronavirus. El sociólogo encuentra en la situación actual el comienzo de una nueva etapa, “esta pandemia marca el inicio del siglo XXI. Tal como el siglo XIX no empezó el 1 de enero de 1800, sino en el 1830 con la Revolución Industrial, o el siglo XX en 1914 con la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa de 1917, el XXI comienza para mí con la pandemia, porque va a inscribirse como una marca muy fuerte en toda la sociabilidad de este siglo. Y lo será porque el modelo de desarrollo, de consumo, de producción que hemos creado, ha llevado a que no sea posible en este momento, por más vacunas que existan, poder salir de ella”, afirma De Sousa Santos.

Los datos actualizados del índice demuestran que tenemos al 40,9% de los argentinos por debajo de la línea de pobreza. Índice que se vio acrecentado de manera significativa con el último gobierno neoliberal de Cambiemos. Pero esta situación es compartida con los países vecinos de nuestra Patria Grande. Tenemos en general, un grave problema estructural que involucra la incapacidad de industrializarse debido a la imposibilidad de ser soberanos para tomar medidas realmente radicales. En palabras de De Sousa Santos “(vivimos) un capitalismo sin conciencia ética. La palabra que se me ocurre en este momento es robo. Hubo robo. Y las falencias de este modelo obligan a cambiar la política y eso nos da una esperanza”.

Es dificultoso ver en la coyuntura actual la esperanza planteada por este pensador. Sin embargo, si tenemos presente las etapas que nos mencionó más arriba, todas debieron replantearse la concentración de riquezas y el rol de los estados nacionales frente a esta situación. Particularmente, los argentinos sabemos que el Justicialismo nos ha demostrado que los estados capitalistas y comunistas, no son los únicos posibles y que distan bastante de un estado promotor que gobierna para y por la independencia económica, la soberanía política, la integración regional y la felicidad de pueblo.

Las muertes por covid, seguramente habrán estado relacionadas directamente con la calidad y eficacia de los sistemas de salud de cada país, como también de las condiciones sanitarias en las que se encontraban esas personas. Por lo tanto, el ojo militante y ciudadano debe estar direccionado hacia la tremenda desigualdad social, económica y cultural que han provocado los políticos latinoamericanos y EEUU en los últimos 50 años de liberalismo. Aquí las responsabilidades son claramente asimétricas, pero, tanto el país imperialista como las semi colonias americanas no han sabido mantener un equilibrio entre los ingresos y la redistribución, han fracasado al punto de destruir las clases medias. La pandemia ha evidenciado que el sistema político, económico y civilizacional ha fracasado.

Como venimos sosteniendo en artículos anteriores de Identidad Colectiva, desde la caída de la URSS el liberalismo se ha vuelto totalizador, globalizado y carroñero. Se alimenta del hambre de los pueblos, de la especulación financiera y arrebató la posibilidad de que los pueblos decidan sobre el destino de su nación. Ya no existen las Políticas Nacionales, sólo existe en occidente, un estado imperialista desesperado por no perder poderío frente a la renaciente República Popular China.

Esto, a nivel interno se visualiza en la falta de capacidad de gestionar, en la desvaloración de la política como herramienta de transformación real. De Sousa Santos plantea lo siguiente:

 “Pienso que de ahora en adelante lo que deberá diferenciar a la izquierda de la derecha será la capacidad entre los grupos políticos de crear alternativas frente al capitalismo, alternativas de una sociedad distinta, que puede ser de diferentes matices. (…)El capitalismo no puede tener una relación armónica, porque el capitalismo tiene en su matriz la explotación del trabajo, la explotación de la naturaleza” Esto llevado poderes y grupos que disputan poder para defender cada paradigma, se traduce en que la oligarquía eternamente cipaya y antinacional, no renunciará ni un centímetro de sus históricos privilegios para contribuir al crecimiento económico y al desarrollo de un capitalismo nacional. El debate caníbal frente a la propuesta de Aporte solidario a grandes fortunas, lo demuestra.

Esta crisis humanitaria, económica y civilizacional nos deja un gran espacio para trabajar de manera continental (en principio) con aquellos pueblos que están decididos a ser libres y soberanos.

“Hay que ampliar la democracia en las calles, en las familias, en las fábricas, en la vida universitaria, en la educación. La desigualdad, proviene de esta polarización de la riqueza sin precedentes que hoy tenemos. A mayor desigualdad en la vida económica y social, más racismo, más discriminación y más sexismo”

Finalmente, en línea con lo que plantea este pensador y seguramente, los 40 millones de argentinos que lejos estamos de ser millonarios, sostenemos que debemos romper con el neoliberalismo y para eso es necesario una reforma fiscal de carácter progresivo. Es inaceptable que los pobres y la clase media en extinción paguen 40% de impuestos, y los ricos solo el 1%. Hemos logrado un gran paso con la ley de aporte solidario a las riquezas obscenas, ahora hagamos peronismo, por favor.