La COP 26 y los nuevos desafíos del G-8

Las promesas incumplidas de miles de millones de ayudas climáticas de los países ricos siguen haciendo ruido en el final del evento sobre el clima y le medio ambiente COP26. Las naciones emergentes y en vía desarrollo piden soluciones financieras de acceso equitativo, para paliar los efectos negativos que ya están a causa de las emisiones de gases invernadero.

En 2009, las potencias que forman parte del G8, habían prometido a los países menos adelantados aumentar su ayuda para la lucha contra el cambio climático a 100 mil millones de dólares anuales para el año pasado. Tras no cumplir con el objetivo, presentaron días antes del desarrollo del encuentro un “plan de ejecución” para cumplir con la meta

El mismo Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres señaló “ustedes son los primeros en sufrir y los últimos en recibir ayuda”, durante una reunión en Glaslow de los países del Foro Vulnerables al Clima (CVF). El funcionario instó a ” cumplir con la palabra empeñada para proteger a los pueblos vulnerables de los peligros actuales del cambio climático”.

Y, justamente, estos peligros “actuales” son aquellos que deben ser atendidos a la brevedad. La lucha contra el calentamiento global y sus efectos se basa efectivamente en la “mitigación”, la reducción de las emisiones por ejemplo, y la adaptación/preparación para afrontar las consecuencias previsibles. Los países más vulnerables al flagelo quieren sumar al mismo tiempo las “pérdidas y daños” que ya están sufriendo.

Este tema está bien mencionado en el acuerdo de París e incluso existe un “mecanismo internacional”, pero los países ricos se resisten a tenerlo sobre la mesa como tal. “Es principalmente miedo e incluso paranoia sobre cuestiones de responsabilidad y posible indemnización”, explicó en la COP 26 un grupo de expertos del Instituto de Recursos Mundiales. “Pero no se trata de eso, sino de lo que sucederá cuando las peñas islas desaparezcan”. El tema fue bien mencionado en una declaración previa a la cumbre de la “coalición de gran ambición”, que reúne tanto países desarrollados y en vía desarrollo.