La alarmante eficacia de la Corte Suprema de Justicia
Maximiliano Rusconi.
El presidente ha sido claro:
La corte puede funcionar con cinco miembros, pero hoy funciona mal”
Alberto Fernández
Como era de esperar, el máximo tribunal apuró la presentación prolija de los números que ilustraban la gestión del organismo durante el año 2019 para de ese modo, acompañado por una elocuente nota del periodista Claudio Savoia, argumentar en contrario del diagnóstico difundido por el Presidente.
Debo confesar que las reacciones del máximo tribunal, últimamente, y mucho más cuando se pretende generar una campaña de prensa a su favor o en contra del Poder ejecutivo, me generan algún vértigo vinculado con la capacidad ilimitada de producir dislates. Es más, debo decir que en estos tiempos ya espero aquellos dislates y, tampoco esta vez, he sufrido ninguna desilusión.
La respuesta de la Corte Suprema se centra en que durante el año 2019 (cuyos resultados todavía no están publicados en el portal del máximo tribunal) emanaron de esta instancia 29000 sentencias. Para más datos, el gran porcentaje de los casos refieren a las materias, penal, laboral, previsional y administrativo.
¿Qué podemos responder frente a estos números?: que, si no fuera porque en verdad asustan, podrían ser tranquilizadores, pero para un lector muy distraído.
No, señora y señor lector, no me volví loco.
Si uno dice que un tribunal de 5 miembros que no están divididos en salas (obviamente) han producido 29.000 sentencias puede sonar, en un paneo irreflexivo, como muy alentador, pero yo no podría dejar que quienes leen esto se entusiasmen con esa cifra que, la verdad sea dicha, es enormemente preocupante. ¿Por qué? Ya lo veremos, sólo pido un poco de paciencia.
Si uno tomara en cuenta los días exclusivamente operativos del sistema judicial (sacando sábados, domingos, feriados y ferias judiciales), resulta que, de los 365 días del año, los esforzados magistrados de la Corte Suprema de Justicia sólo han podido poner en práctica su veloz eficacia en aproximadamente 180 días.
Si tomáramos en serio, como corresponde, el número de 29000 sentencias que tranquiliza a Savoia, debemos concluir que los cinco miembros del increíble tribunal han debido resolver el increíble número de 161 sentencias por día, en una actividad casi frenética debido a que, al no estar organizados en salas, la totalidad de los cinco jueces de la corte ha tenido que intervenir –salvo alguna excepción- en los 161 casos.
No quisiera abusar de los argumentos numéricos, pero si les concediéramos humanitariamente a los magistrados 8 horas para dormir, y dos horas para las comidas principales, deberíamos asumir para nuestro asombro que la Corte ha producido, luego del correspondiente análisis y deliberación, 11 casos y medio por hora. Si esa fuera la realidad de estos increíbles magistrados habría que convocar a las cacerolas porteñas a manifestarse por algo mucho mas importante que las últimas consignas: el derecho de los jueces a ver una película, leer un libro no jurídico, cortarse el pelo, operarse de alguna dolencia, o algunas de las miles actividades cotidianas que están incluidas en la planificación vital del resto de los demás trabajadores.
Quien crea que ello sólo es posible con magistrados de la máxima capacitación y especialización jurídica, hay que recordarle que en más del 60 por ciento de los casos lo que se encuentra en debate y espera decisión es un problema para el cual ninguno de los 5 magistrados tiene especial formación.
También uno podría hacer una lectura mucho más real, y decir que este número de decisiones demuestra que la Corte no sólo funciona mal, sino que, en verdad, en términos de que los casos sean resueltos por quienes con mayor o menor fortuna fueron propuestos por el poder ejecutivo y obtenido acuerdo del senado, la Corte no funciona nada, sino que se trata del más desesperante caso, por su importancia institucional, de delegación de funciones. Un claro caso de delegación de funciones para la producción de 29000 sentencias de mala factura, descompromiso intelectual y respeto ético a la comunidad.
Justamente, porque año tras año salen esas 29000 decisiones, ella es la más genuina razón por cual es imprescindible modificar el sistema de integración de la Corte.
En los lugares donde la administración de justicia ocupa un rol central, las decisiones del máximo tribunal tienen la función de ser una referencia académica, social e institucional.
Son decisiones de una jerarquía y autoridad inobjetable, se trata de la última palabra, se trata de un camino ordenador, todo aquello que hoy en nuestro país brilla por su ausencia.