La agenda de Fernández
Por Julio De Vido (h).
Cuenta el anecdotario histórico colectivo que en la previa del golpe de estado que daría inicio a la década infame en nuestro país se le acercaba cada mañana a su escritorio una apócrifa edición del periódico del día al depuesto presidente democrático Hipólito Yrigoyen.
La expresión que refiere a mostrar “el diario de Yrigoyen” hace referencia justamente a este episodio, real o ficticio, de la historia mediante el cual, supuestamente, sus allegados y/o sus adversarios políticos que en el año 1930 lo derrocarían le hacían llegar una realidad paralela a las problemáticas de la sociedad de aquellos tiempos.
Por supuesto que la historia tiene matices adicionales a si es verdadera o falsa, como por ejemplo que fue inventada posteriormente por los conservadores para “justificar” el derrocamiento alegando una supuesta incapacidad mental de Yrigoyen para ejercer la máxima magistratura.
En la actualidad damos casi por sentado que eso no sucede, sabemos que el presidente es un experimentado usuario de Twitter, red social que dejo sembrada de perlitas en su período de columnista de La Nación y de jefe de campaña del “peronismo disidente”. De cualquier manera, en Twitter uno lee lo que quiere, puede que la desafortunada frase de esta semana en el marco de una visita de Estado haya salido de una cuenta de fans de Lito Nebbia. Como comentó Camilo García en su programa de radio en la AM 530, habría que aplicar el “control de alconebbia”, haciendo referencia a un episodio de Peter Capusotto.
La agenda de Fernández tiene aspectos muy interesantes para analizar en términos anacrónicos, ni hablar en lo que a esta sección refiere, el cierre de exportaciones de carne bovina es uno de estos, habiéndose cumplidas tres semanas de reglamentación efectiva de la medida con quince días marcados por el cese de comercialización del sector se observan más dudas que certezas, en particular en la ámbito en el que no se podía fallar, la carnicería o la góndola.
Según los informes previos al próximo reporte de precios al consumidor del INDEC que se dará a conocer el próximo martes se estima que la carne tuvo durante mayo aumentos que rondan el 6%, la incertidumbre que rodea a la cadena cárnica, los desequilibrios generales de la economía y la inestabilidad de oferta y demanda de producto que se vieron por esos primeros días posteriores a la medida generan un caldo de cultivo que poco se condice con el inerte objetivo que se puso el presidente en sus declaraciones de “acomodar el mercado de carnes”.
A pocos días de culminar el plazo de treinta días adoptado por el Ministerio de Agricultura en la resolución que instrumentó la medida poco se sabe sobre el futuro del mercado, exportaciones si o no, suba de retenciones, cupos de exportación, acuerdo de precios con los exportadores, claro que todas estas medidas cortoplacistas que poco se condicen con un inserción inteligente de la carne bovina argentina en el mercado mundial con el ojo puesto en el poder de compra de los argentinos y la fuerte demanda de China.