Hablemos de amor

Por Julián “Chula” Ruiz.

Me dijeron que deje de hablar boludeces y termine con eso de romantizar al amor. Me trataron de boludo que intenta lucrar con sentimientos y que defiendo a los que llevan una vida de toxicidad. Y bueno…

Primero, qué loco que les joda hablar del amor. Estamos tan rotos que nos jode mostrar nuestros sentimientos y expresar los propios. Pensar que a mí me costó una banda expresarme, tuve que sentir pérdidas de personas muy amadas para aprender a decir te amo, y no quiero pensar que a todos les tiene que pasar eso para poder hacerlo.

Y aquellos que llaman tóxicos a todos, ¿qué mierda les pasa? No hay que confundir, una cosa es alguien oscuro e incapaz de tener una relación estable con alguien o consigo mismo, pero otra muy distinta es alguien violento. Y yo jamás voy a defender la violencia.

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Me sorprende la cantidad de personas que se horrorizan por gente que demuestra, por parejas que se aman y se muestran tal cual son. Estaría bueno celebrarlos por lo que enseñan con alegría y no criticarlos por la felicidad que se les nota.

Vengo de un barrio de extremos, donde el hambre falta a montón, donde los cortes de luz son de tiempo indefinido, la espera por el agua potable y cloacas son eternas, y por supuesto que esto llega al amor. Acá, en las calles de tierra parece que el amor es mucho más gigante y extremista, el amor a la vieja y a sus milanesas con papas fritas, a la piba o pibe que te dio el primer beso, a tu perrito que te acompaña al kiosco a comprar el pan o al equipo que te llevaron a ver cuando estabas en la panza. Acá todo es así, entonces yo también.

No me pidan que cuando hable de amor sea coherente, porque no me va a salir. Soy esto, poco ortodocso escribiendo y muy poco formado para explicar sentimientos.

Pero soy de barrio, y en el barrio amamos de verdad.