Gustavo Morato: Alea jacta est

El título de esta nota hace referencia a una frase atribuida a Julio César cuando decidió cruzar el Rubicón con sus legiones, cosa que estaba prohibida por el Senado Romano.  bajo pena de muerte a quien osare hacerlo.

La traducción más común para alea jacta est es “la suerte está echada”. Pero como también a los dados se los reconocían como suertes, algunos lo tradujeron como: “los dados están en el aire”. Me quedo con ésta.

¿Qué estaría en el aire hoy? ¿Qué representarían los dados?

Cuando estamos inmersos en una crisis social se hace muy difícil pensar en cuál va a ser la salida política que la pueda tramitar.

Si analizamos retrospectivamente la crisis de 2001, vemos que una salida razonable para el establishment, los medios de comunicación, buena parte de la dirigencia política y, según las encuestas, también de la población, era a través de un dirigente conservador como Carlos Reuteman.

Sin embargo, el que se animó a enfrentar la situación fue Néstor Kirchner quien comenzó un gobierno, de signo contrario al pensamiento neoliberal, y quien con dificultades, avances y retrocesos logró junto con Cristina, llevar adelante un proceso de 12 años de crecimiento, inclusión, y respeto por los derechos humanos.

A partir de la pandemia que afecta al mundo nuestro país atraviesa una crisis de características novedosas.

La medida tomada por Alberto Fernández para enfrentar la pandemia- el distanciamiento social preventivo y obligatorio- tuvo en una primera etapa un amplio consenso de la población y de los medios. Incluso algunos de ellos lo encararon en forma epopéyica tanto que a algunos nos recordó el inicio de la guerra de Malvinas

Poco a poco, primero sutilmente y luego más abiertamente los medios comenzaron a cuestionar la medida del aislamiento.

El momento disruptivo central fue cuando el CEO de Techint, Paolo Roca, uno de los hombres más ricos del mundo, en un acto de provocación, despidió a 1500 trabajadores.

Esa pareció ser la señal para que comenzaran a actuar los trolls, los medios hegemónicos de una forma desembozada para exigir el fin del aislamiento preventivo y para atacar a la política.

Entonces lo que hoy está en el aire es por una parte los grandes grupos que quieren romper el aislamiento social con el fin de maximizar sus ganancias sin importarles el número de muertes, inclusive es tal la lógica de su avaricia que no les importa su propia suerte: la mayoría de sus CEOS se encuentran, por edad, dentro del grupo de riesgo.

Al mismo tiempo, aliados con sectores políticos residuales del pasado gobierno, intentan capturar el sentido común cabalgando sobre las dificultades objetivas de muchos compatriotas para hacer retroceder al gobierno en la profundización de políticas enunciadas.

Les asiste el temor de que se transparente aún más lo que ya estamos observando:  que es que el “mercado”, como el rey de la fábula quedó desnudo.

Por otra parte, en el gobierno se comienza a percibir que se hace necesaria una profundización de las medidas enunciadas orientadas a una más firme intervención estatal: obligación para los bancos para la entrega de créditos a las tasas convenidas, control de precios en toda la cadena de producción, coordinación centralizada de la salud (pública y privada), etc.

En este marco nuestra tarea es extender al máximo el apoyo popular a las medidas de nuestro gobierno bajo la forma de apoyo popular irrestricto y suspender estériles polémicas con aquellos sectores que pese a no ser de nuestro espacio están racionalmente unidos en esta pelea.

La suerte no está echada, los dados están en el aire. Hagamos todo lo posible para que caigan en el campo popular.

Salgamos a convencer hasta a los pájaros