Fortuna grande, solidaridad pequeña

Por Oscar Rodríguez.

Este año quedará marcado por la maldita pandemia que vino a enturbiar la alegría de sacarnos de encima a un gobierno neoliberal cuyos estragos económicos es peor que el que va a dejar el coronavirus. Encima tenemos que soportar la imposición de subjetividad de los medios hegemónicos que arrancaron el año con los tapones de punta con la finalidad de desgastar al nuevo gobierno. Arranquemos por la inflación, esté 2020 marca un índice inflacionario muy por debajo de los años del macrismo. La diferencia interanual de precios marca una diferencia de 50 a 55% de subas en el gobierno anterior a un 27% en lo que va del año. 

El rol del estado para hacer frente a las tremendas consecuencias económicas que venían de arrastre, sumado a la pandemia, ayudó a que muchos ciudadanos y empresas pudieran soportar la devastación que se nos vino encima. Claro, que este sostenimiento que se llevó adelante requiere del esfuerzo de todos y todas y fundamentalmente de aquellos que más tienen. Las denominadas “GRANDES FORTUNAS”. Abarcan aproximadamente a 9 mil personas sobre una población de 45 millones, pero solo 253 aportaran el 50% del total de la recaudación. Este aporte se cobrará por única vez a personas físicas que hayan declarado una base de 200 millones de pesos. La cámara de diputados aprobó esta ley con 133 votos positivos, 115 negativos y 2 abstenciones. Queda claro que 117 diputados representan y defienden los intereses del 0,2% de la población. O, podríamos decir que se niegan a pagar un aporte extraordinario. Más allá de este debate que dividió aguas en la sociedad, obviamente, fogoneado por los medios masivos de incomunicación, tenemos que establecer otro tema de discusión y es la reforma tributaria. Y acá, voy a fijar posición, no es posible que los sectores más necesitados del país paguen IVA en los alimentos.

El problema es que en nuestro país los impuestos están sobre el consumo, cuando en realidad tendrían que gravar a los sectores de mayor capacidad contributiva. El diseño de un sistema impositivo que privilegie la producción sería importante y nos llevaría a que se priorice la actividad productiva sobre la especulativa.  Además, es necesario que el que produce invierta en su industria, porque cuando les va bien invierten en otras necesidades que no apuntan a hacer crecer su propia producción. Pensemos que si los impuestos estuvieran sobre el patrimonio logramos una equidad y se aliviaría la carga en los sectores más vulnerables. 

Lo más regresivo que tenemos en materia tributaria es el IVA en los alimentos, el 41% del precio de alimentos y bebidas son solo impuestos. En base a un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) donde analizo diferentes productos y la incidencia fiscal sobre el precio final de los mismos, evidencia que, en la leche, por ejemplo, de los $65 que se abona, $20 son de impuestos, en la harina sobre un valor final de $33, $12 corresponde a impuestos. El informe concluye con estos datos sobre los tipos de alimentos: -Tipo I son alimentos para los cuales el IVA es del 0% (por ejemplo, la leche fluida)”, y el 26% del total de su precio corresponde a impuestos. -Tipo II, son los productos con IVA del 10,5% (ejemplo la harina de trigo)”, cuya carga impositiva representa el 36,3%. -Tipo III, aquellos con IVA del 21% (aceite, arroz, fideos, galletas envasadas, mermelada).

Queda claro de esta manera que la carga impositiva en los alimentos castiga a los sectores más vulnerables. Se les vende más caro a los más pobres. Qué lindo momento para poner en la mesa del debate una reforma seria, que permita que la clase más acomodada aporte como corresponde. Cambiar los impuestos al consumo y ponerlos al patrimonio. Una verdadera equidad. El gravamen a las grandes fortunas lograría poner límite a la desigualdad. Grandes fortunas, gran solidaridad. ¿o no? Ahora bien, sin dudas es un tema de debate, lo que no tenemos que permitir es la imposición de subjetividad de los medios hegemónicos. No estamos proponiendo ninguna locura, no se pretende avanzar sobre la propiedad privada, ojo, no nos dejemos engañar. Tomemos en cuenta un informe del Centro Economía Política Argentina (CEPA), constantemente vemos a los payasos mediáticos repetir su función a diario en el circo televisivo y radial, repetir como un mantra: “Argentina es el país que mayor carga impositiva tiene en el mundo”. A ver veamos, el CEPA, comparó la alícuota que existe sobre la renta individual en nuestro país con las que se aplican en países europeos, con un 35% Argentina está por debajo de Dinamarca, Finlandia y Bélgica que superan el 55%.

El impuesto a los bienes personales representa el 1,3 del total de recaudación. Así es, muy distinto a lo que nos quieren hacer creer, otra falacia que quieren instalar es que una modificación impositiva que afecte a las grandes fortunas iría en contra de la producción, esto está muy lejos de la verdad, si tomamos en cuenta el aporte extraordinario que ya vio media sanción en la cámara de diputados, se grava a las personas físicas y no a las sociedades o empresas. Que también tendrían que ser gravadas, pero no es este el caso. Los estragos que nos va a dejar la pandemia son indudables, lo positivo que tendríamos que sacar es dar el debate sobre qué modelo de país queremos. 

Y miren ustedes, pasamos 4 años de neoliberalismo más la pandemia, quedó un país destrozado, es hora entonces de reconstruir sobre las bases de una redistribución más justa. Pensar seriamente en reformas que nos permitan tener un país más equitativo, con igualdad de derechos y donde podamos ir achicando la brecha entre los que más tienen de los que tienen menos. Tengamos en cuenta que esto no es una avanzada contra los ricos de este país, mucho menos contra la propiedad privada, y mucho, pero mucho menos contra la producción. No nos dejemos engañar. Lo que sucedió en la cámara de diputados nos tiene que ayudar a visualizar que sectores políticos piensan en la mayoría de la población y que sectores defienden los intereses de la élite.  Imponiendo debates que apunten a la reconstrucción del país sobre la equidad evitaremos la vuelta del neoliberalismo.