Entre el grito y el silencio
Por Liliana Etlis.
Aquél día despertaba de una ensoñación. Recordar esa imagen que viene desde las profundidades provoca un magnetismo asociado a las realidades cotidianas.
En ese sueño estaba ensimismada sentada y arrullada entre el mar y la arena, desanudando las redes que irrumpen desde el inconsciente.
En las orillas sentía el filo de la dureza y la blanda sensación a la espera de espejismos imaginarios, deshaciendo estructuras con la mirada fija en la piedra y la nube, ambas sostenidas por la atmósfera.
-Amaba a René Magritte por esas pinturas que me dejaban huella siempre provocando percepciones de la realidad-
Sentada, decía, casi inmóvil, seguía atenta a la suspensión: si se desplomaba la roca primero al mar, sería devorada por algunos moluscos, en cambio si la nube descendía, se desintegraria con lentitud singular, sus cristales de hielo o las gotas de agua enaltecerian el encuentro con otras aguas.
Ambas sensaciones sumergidas en el aroma temporal, me sorprendía por la similitud con la realidad viviente.
Sentipensaba en cómo era ese espacio entre la quietud y el movimiento, en aquellos márgenes donde la diferencia se percibe con otra lógica.
Anudando ideas entre el sonido del mar y la delicadeza de la arena húmeda, observaba fragmentos compactos de minerales y evaporaciones.
La piedra sosteniendo la nube, la nube en la piedra, ambas ¿dispersándose? ¿disgregándose?
La estructura súbitamente caía deshaciéndose en su funcionalidad, los moluscos la atrapaban devorando sus minerales. Diferente estar el de la nube, quién caería lentamente con el sostén de la atmósfera, cuidando no desarmar formas que dejaban atravesar colores del arco iris.
Lo profano y lo sagrado, la estructura y la coyuntura, lo visible y lo oculto a pesar de la latencia. La naturaleza naturalizada.
Entre ambas existe lo innombrable,lo que perdura siempre, aquellas voces roncas, añejas, las que se acumulan en ese espacio entre el grito y el silencio, entre la dureza y lo amorfo aparente, en ese espacio donde acuerdan las diferencias, un lugar estando. Un pluriverso de andares.
