El valor del Estado presente
Por Walter Torchio.
Este tiempo de pandemia nos demostró o demuestra la importancia que tiene un Estado presente, y esto lo hemos podido comprobar con la posibilidad que todos puedan acceder a la vacuna, sin un Estado presente solo algunos pocos podrían haber accedido a la misma. El Estado ha debido tomar medidas antipáticas pero necesarias para detener la ola de contagios, está claro que sin esas restricciones, sin ese orden, hubiésemos vivido una anarquía de comportamientos, con un daño mayúsculo e incalculables de vidas.
Muchos mantienen permanentes discursos manifestando que es casi innecesaria la presencia del Estado en la vida de los Ciudadanos, pero lo real y concreto es que en este caso donde se requieren coordinar desde comprar, a la distribución, pasando por el armado de los dispositivos de vacunación, los esquemas de inscripción, las pautas de aplicación, etc. entre millones de personas, en territorios diversos, el valor de ese “Estado presente” ha sido tangible.
Aún podríamos ir más allá y determinar de alguna forma que ante las diversas sensaciones y reacciones de los vecinos ante la pandemia (quienes aún hoy creen que es un cuento y que no existe, aquellos que efectivamente su nivel de preocupación ante la misma es mayúsculo y la media) fue el Estado quien fijó las pautas, (compartidas o no) para disminuir al mínimo las diferencia y lograr que esa convivencia entre vecinos de opiniones diferentes fuese razonable. Solo el Estado por su rol puede cumplimentar el ordenamiento necesario para que los habitantes, para que ese pueblo, sepa cuáles son las reglas, que está permitido y que no está.
Ante situaciones tan extremas como la que estamos viviendo, donde se debe priorizar el bienestar general por sobre el individual, es donde “El Valor del Estado Presente” quedado de manifiesto.