El Puente

Por Liliana Etlis.

Hace unos años estaba cursando un seminario de Antropología Social, no recuerdo cual era pero sí el título de un texto que permanece en mi memoria desde que lo escuché y luego leí: El espectáculo del “Otro” de Stuar Hall, un sociólogo jamaicano en sus orígenes dedicado al estudio de las diferencias culturales. Era como comenzar a percibir que se abría un camino en mi historia de vida con un sentido novedoso, una energía relacionada a lo orgánico me llevaba con la intuición, hacia recorridos expectantes de ser atravesados. Sentía una fibra de felicidad porque era como una especie de clave que estaba guardada desde hacía mucho tiempo dentro de mí y que no sabía cómo darle forma y amasarla sintiendo.

El título siempre cautivó lo más íntimo, la idea de concretar una sociedad del Buen Vivir, aquél mundo mejor que soñaban mis padres, abuelos, compañerxs, porque si bien un espectáculo donde hay un público para una diversión tiene un lugar, a mí me unían las nociones que provenían de la psicología, de la antropología y que me permitiera la batalla cultural en las fronteras de las frases y por supuesto, en tiempos de cólera.

Así fue que comencé a recorrer esos espacios que hacían puente, similares a los que construían los incas. Ya que estoy en un desliz les cuento.

Cruzar el Q’ eswachaka es estar suspendida en el aire contigo misma, me dice una amiga que atravesó el río Apurímac en la región del Cuzco. 30 metros de largo, más de cinco siglos de antigüedad.

Puente colgante

Cuerdas trenzadas de ilusiones, soberanías, sueños, esperanzas, realidades, solidaridad, identidad de la Patria Grande, justicia, equidad.

Puentes.

Tradición cultural que existe desde tiempos prehispánicos. 3700 metros de altura, este puente de soga está tejido a mano y desde hace más de 600 años se transmite de una generación a la otra esta tradición inca. Otro de los tantos rituales que se expresan en junio, esta obra por excelencia ha sobrevivido a la modernidad. Durante 3 días construyen las mujeres concluyendo con un festival de danzas autóctonas por parte de los pobladores de las cuatro comunidades.

De allí otro espectáculo de Otros. Otras. Otres.

Pero comentaba en un comienzo que atravesaba espacios amasados por el tiempo, lugares envueltos en aire, paisajes de belleza sublime ¿cómo llegan a destruir unos pocos, estos mundos con culturas ancestrales, con sentipensares que albergan ilusiones y esperanzas? ¿Cómo representamos aquellas personas y espacio diferentes a otras culturas? ¿Por qué fascina tanto la otredad, la alteridad, las representaciones populares, la identidad, las prácticas que se utilizan para significar diferencias en la cultura popular, por qué los estereotipantes?

Cuerdas trenzadas de ilusiones, soberanías, sueños, esperanzas, realidades, solidaridad, identidad de la Patria Grande, justicia, equidad.

Puentes.

Recorriendo a vuelo de pájaro un fragmento de la historia, la lingüística saussuriana propuso las diferencias esenciales para el significado ya que se parte de la base de que el mismo es relacional. Por ejemplo, un argentino es un no-uruguayo. Medio binario, pero hay otras miradas capturando diversidades del mundo. Siempre existe una dominación, un poder entre polos. Otra es la posición de Bajtín, un lingüísta ruso en donde se posiciona en las intenciones de otras personas siendo el lenguaje un diálogo entre dos o más interlocutores como sistema objetivo, el “Otro” es esencial para el significado. Diferente argumento relacionado a la marcación de las diferencias es que la base de las mismas sea la cultura. Douglas, siguiendo a Emile Durkheim y luego los trabajos antropológicos de Lévi-Strauss, argumenta que los grupos sociales imponen significados a su mundo en sistemas clasificatorios y por último la mirada psicoanalítica donde el “Otro” es fundamental a la constitución del sí mismo, a nosotros como sujetos y a la identidad sexual. Según Freud, la consolidación de nuestras definiciones del “yo” y de nuestras identidades sexuales depende de la forma en que fuimos formados como sujetos y nuestras subjetividades surgen de nuestras relaciones inconscientes con otros significantes.

Fanon Franz, utilizó la teoría psicoanalítica explicando el racismo sosteniendo que mucho de la estereotipación racial y la violencia, surgía del rechazo del blanco hacia el diferente para dar su reconocimiento “a partir del lugar del otro” hacia la persona de color.

Así plantea que la representación racial está directamente relacionada al tema de “la diferencia” desde lo lingüístico, social, cultural y psíquico incluyendo la ambivalencia de la misma, esto es la Racialización del “Otro” donde están afectados la historia y el contacto del encuentro de Occidente en el siglo XVI con los reinos de África durante tres siglos. La esclavitud, el secuestro, la colonización europea y el control del territorio colonial, la imagen europea después de la segunda guerra mundial de construir África como un lugar misterioso, el ser considerados sirvientes como descendientes de Ham simbolizando lo primitivo en contraste al mundo “civilizado”, da comienzo a la civilización interior del africano.

Cuerdas trenzadas de ilusiones, soberanías, sueños, esperanzas, realidades, solidaridad, identidad de la Patria Grande, justicia, equidad.

Puentes.

La propagación de imágenes y temas del imperio a través de la publicidad de mercancías en Inglaterra, cerraban el siglo XIX registrados en mapas y dibujos, grabados, fotografías, diarios, ilustraciones, narrativas, periódicos, escritos sobre viajes, tratados, informes oficiales, novelas, aventuras.

En una palabra, la publicidad fue un medio que se expresaba en forma visual al proyecto imperial en un medio popular, acentuando la relación entre el imperio y la imaginación doméstica a través de la racialización de la publicidad. La clase media victoriana se convirtió en un lugar para las muestras del espectáculo del imperio y la reinvención de la raza mientras que las colonias se convertían en teatro para exhibir el culto Victoriano de lo doméstico y la reinvención del género.

Manera imaginaria de relacionarse con el mundo real, con lo cual la misión civilizatoria fueron traídas a casa siendo que la publicidad tradujo las cosas en un despliegue de una fantasía visual de signos y símbolos.

Diferentes períodos de la cultura popular donde la representación se es racializada son importante en estos momentos y así poder entramarlo con el poder político de control y disciplinamiento de democracias que ya no tienen el mismo significado subjetivo de otros siglos.

Cuerdas trenzadas de ilusiones, soberanías, sueños, esperanzas, realidades, solidaridad, identidad de la Patria Grande, justicia, equidad.

Puentes.

El poder mediático, el judicial y la subjetividad mutaron. Seguiremos cómo se incrusta en la próxima el capitalismo y cómo profundiza el racismo sumando otros mecanismos. Comienza la necropolítica.                             

Deberemos desnaturalizar las formas diversas en que se enreda el poder de turno relacionados a sus efectos inconscientes para comprender parte de esta realidad para cambiarla estructuralmente.