El Eclipse

Por Liliana Etlis.

Como si fuese un libro sobre la praxis humana, recordé un eclipse de hace muchos años atrás. Ocultaba e iluminaba a la vez, como las entrañas de un fenómeno astronómico cuando la Luna oculta al Sol visto desde la Tierra, como algunos mecanismos y dispositivos políticos desde el poder.

Similar sensación dejó las Paso, interrogando verdades: si éstas fueron producto de construcciones colectivas o individuales.

La diversidad de sentimientos luego del conocimiento de resultados que llegaban como heridas a más de un militante, conformó una trama de ambigüedades e inseguridades ante el soñar formas utópicas y decepcionarse con resultados que golpearon hondo para varixs, con bronca acumulada por espacios vacíos que el poder cristalizó con el permiso de los que dejaron junto al calvario, impotencias e insuficiencias ante la ausencia de un proyecto directriz, concreto, en estos dos años. Sumando la complicada situación pandémica, favorecida por la estrategia vacunadora sin idealizar, se complejizó con emociones y razones que no resolvieron cuestiones básicas como salarios, aumentos de precios, jubilaciones insuficientes, adultos mayores, migrantes sin documentación al igual que los pueblos indígenas quienes aparecen como delincuentes en las noticias de los medios de comunicación, personas con capacidades diferentes sin reconocimiento laboral en la praxis, la falta de sensibilidad de muchxs políticxs en cómo transmitir y comunicar como diría Cintia Ottaviano como madre de todas las batallas, la comunicación, por la afección que tiene en la construcción de la subjetividad en sus formas de interpretar  y de pensar los intereses colectivos del campo popular tomando en cuenta no solo la coyuntura sino las representaciones comunes en territorios en disputa, además de la batalla cultural el problema real estructural.

Por supuesto la política con  el FMI.

La civilización occidental es un caos, como si viviésemos un espectáculo del Otro, como diría Stuart Hall, la formación de los denominados etnoespacios donde las culturas están próximas dialogando, confrontando en la diversidad de experiencias en una realidad social donde el poder se presenta asimétricamente expresándose en aquellos lugares donde la desigualdad de poder facilita la estereotipación en grupos excluidos.

La circularidad del poder fue creando una frontera entre lo normal y lo anormal favoreciendo el racismo, la xenofobia, prejuicios y actitudes segregacionistas. Lo que demuestra que la sociedad eurocéntrica formada por el 12% de los países del mundo deciden no resolver el problema del proletariado y el problema colonial, refugiándose en una hipocresía engañosa.

El orden civilizatorio moderno colonial está en decadencia. No pudo resolver nada desde el siglo XV pronunciando las nociones de liberación y emancipación humana en las sociedades, pero lo único que ha avanzado es en la anulación de la condición humana negando poblaciones con culturas y saberes profundamente humanos, no permitiendo dicho ordenamiento una mirada pluriversal, salir de concepto universal respetando otras experiencias y no, como lo demuestra la praxis, que la historia universal solo hace referencia a la experiencia europea.

Los dispositivos de poder en las narraciones y discursos de las representaciones sociales y en las estructuras socioeconómicas, provienen de patrones de dominación con una historia. 

Comienza a tener fuerza Europa como centro geopolítico mundial hegemónico luego de un atravesamiento de aparentes narrativas históricas que le permitió justificar un lugar central, acompañando un proceso durante la Ilustración encubriendo el genocidio y el exterminio de los pueblos y civilizaciones.

Por eso la red decolonial niega el surgimiento de la modernidad en el siglo XVIII sino que  afirma su origen fue en el siglo XV.  

Nuestra historia, el de la PatriaMatria grande, Nuestramérica, es convertida por estos discursos la idea de un lugar, el de periferia, y Europa el centro.

Llamativo ¿no?

Nuestra historia es fundacional en la configuración planetaria por este discurso hegemónico hasta nuestros días siendo hoy EEUU quien nos coloniza.

Es importante tener en claro este posicionamiento antiimperialista si no, lo demás, queda en un saco vacío.

 Los actos de violencia son para anular a otro ser humano a través de las violencias: sexual, la de territorios ejercida constantemente, la interiorizada creando miedos, la violencia genocida dejando una marca lo que Dussel llama la cara oculta de la modernidad, la cara luminosa es la que se refiere a la narrativa ilustrada  que engaña con los relatos falsos de una emancipación , siendo una historia de muerte la de las poblaciones que viven en los países que fueron ciudades colonizadoras sin exteriorizar las que estuvieron en la periferia.

Esto posibilita la explotación, el extractivismo, la negación de más de 14 mil años de historia en algunas etnias, la mapuche, si, lo vuelvo a escribir, 14 mil años, negando otras formas del vivir y posibilitando que vivan con beneficios y privilegios un minúsculo sector  a costa de la anulación de otros  como sujetos racializados-colonizados, abriendo y dejando marcas respecto a temas en la actualidad como los feminicidios, la desaparición forzada y las ejecuciones extrajudiciales.

Oscuridad y luminosidad. Visibilizar la oscuridad es un momento de cambio, de necesario movimiento.

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