El “Cuco” de los Subsidios.

Por Alessandra Minnicelli.

Días atrás, revisando papeles encontré un tríptico del Minplan (Ministerio de Planificación Federal Inversión Pública y Servicios (2003-2015), del año 2012, donde se difundía la posibilidad de renunciar al subsidio del Estado en relación al servicio público de energía eléctrica (luz), el tramite era MUY sencillo y lo compartí como “historia antigua “en las redes sociales así:

Recuerdo que por entonces  me entrevistaron de la Revista de SIGEN [1]  para hablar de Responsabilidad Social y como el tema del “ renunciamiento a los subsidios estaba en la agenda pública  me consultaron si podía enmarcarse eso dentro de las acciones de responsabilidad social.

Contextualizando el tema respondí que hacía dos (2) años (por entonces seria 2010 o antes o creo que era desde el 2008), que veíamos en nuestras facturas (de servicios públicos concesionados, luz, gas etc.), que se desagregaba en el monto total de los servicios que debían abonarse, el detalle de cuando correspondía al subsidio estatal.

Remarque, que, desde entonces, mucha gente podía haber “mirado” su factura y si tenía capacidad contributiva (esto es posibilidad de pagar la factura sin subsidio), haber dicho “que el Estado no me subsidie porque yo no lo necesito” y haber renunciado al beneficio.

Considere que eso hubiera sido un acto de “franqueza y responsabilidad “individual (que tanto declama hoy en sus discursos el Presidente Fernández).

Sigo sosteniendo que esa es una actitud responsable, si nos sentimos responsables de los demás o si (como en ese supuesto podía ocurrir) si teníamos “capacidad contributiva”.

Como si esto fuera poco, se les recordaba a los “usuarios “que la política pública de quita de subsidios tenía como fundamentos la equidad y la inclusión social. Los fondos que no se utilizaban para aplicar a subsidios serían destinados a obras para todos aquellos que aún no han podido acceder a los servicios básicos de luz, gas y agua.

Recuerdo que ese tema resulto de amnesia general para todos quienes se oponían a los subsidios de forma muy hipócrita porque ninguno de los comunicadores o políticos que declamaban, denunciaban, hacían campaña o se “rasgaban las vestiduras “contra los subsidios (2003-2015), renuncio al beneficio (y seguramente hoy siguen recibiendo muchos subsidios mas).

Solo renunciaron 32 mil personas de un universo de más de 10 millones de usuarios.

La moraleja es que nunca seremos una sociedad responsable si no nos tomamos 2´ de nuestro tiempo para mirar el entorno social y ambiental que nos rodea y seriamente revisar que producimos cada uno y cuál es nuestra contribución a la sociedad. Momento a partir del cual, es nuestra obligación tomar decisiones.    

Lo cierto es que para aventar el “cuco de los subsidios “solo tenemos que entrar al portal de infoleg y buscar “subsidios” en todas las categorías (leyes, decretos, resoluciones. disposiciones), veremos copiosas actividades, prestaciones, servicios públicos etc. que son subsidiadas a diario por el Estado. ¿Todas las necesitan?  sin duda sí. ¿Todos los beneficiarios las necesitan?  sin duda NO. De esto también se trata la Responsabilidad Social.


[1] Revista Sindicatura General de la Nación (Año 3 Nro.4 – Enero 2012) pág. 32 y sgtes .