Educar para el Desarrollo Sostenible y la Ley Yolanda

Por Alessandra Minnicelli.

En nuestro último Congreso Internacional de Responsabilidad Social (CIRS 2015 https://issuu.com/fonres/docs/44_revista_fonres_septiembre_2015_d) tuvimos la oportunidad de escuchar a Yolanda Ortiz, la Primer Secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Argentina durante el Gobierno de Perón.

Hoy la ley 27.592 se conoce como Ley Yolanda en honor a ella y a su trayectoria y divulgación de los temas ambientales. Esta ley, establece como obligación de los empleados públicos la capacitación integral (mejor llamarla educación) en materia ambiental. Esto significa que todos los poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) deben brindar formación en la temática ambiental, y la expectativa debe ser extenderla al sector privado y a todos quienes están comprometidos con la responsabilidad social y también como forma de educar desde el nivel inicial a todos los ciudadanos.

La ley Yolanda es un primer paso para trabajar los temas de cambio climático, ecosistemas, biodiversidad, eficiencia energética y energías renovables y economía circular aportando información sobre estos temas y sobre la normativa ambiental vigente.   

Sabemos que la educación es una herramienta necesaria para lograr la sostenibilidad para que el desarrollo económico sea sostenible y sustentable y que la conciencia pública, la educación y la capacitación son clave para ir en ese sentido.

Conocer el significado de desarrollo sostenible y el camino para lograrlo demanda desarrollar programas de educación para la sostenibilidad (ES). El primer paso es siempre darse cuenta, tomar conciencia de aquello que reconocemos como insostenible en nuestras sociedades, desde el uso ineficiente de energía, falta de conservación del agua, mayor contaminación, los abusos a los derechos humanos, el sobreuso de medios de transporte personal, el consumismo, etc. Y el desafío empieza por ahí, por reconocer nuestro territorio, por aplicar esa terminología adaptándola a nuestra realidad y a nuestras necesidades como país. Un país diverso y federal con distintas realidades y diferentes culturas en cada rincón. 

Y se trata entonces de dar a las personas habilidades y conocimientos para un aprendizaje de por vida que les ayude a encontrar nuevas soluciones para sus problemas ambientales, económicos y sociales, donde el bienestar en estas tres áreas está entrelazado.

Definir desarrollo sostenible también es una tarea local porque evoluciona con la realidad cambiante. Seguimos tomando como concepto de desarrollo sostenible el que se atribuye a la Comisión Brundtland: “El desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades” (Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, 1987).

La búsqueda es de un medio ambiente sano para que provea de alimentos y recursos, agua potable, y aire limpio para todos y para eso necesitamos parar para pensar la sostenibilidad con una mirada a futuro donde las consideraciones ambientales, sociales y económicas se equilibren en la búsqueda del desarrollo, del crecimiento económico, pero con una mejor calidad de vida.

La Educación en Desarrollo Sostenible (EDS) más que una base de conocimiento relacionada con el medio ambiente, la economía y la sociedad , como enseña Rosalyn Mckeown,[1] tiene que ver con el aprendizaje de habilidades, perspectivas y valores que guían y motivan a la gente a buscar formas más sostenibles de ganarse la vida, participar en una sociedad democrática y vivir de una manera sostenible…. Sin duda, esa es la Meta.


[1] Manual de Educación para el Desarrollo Sostenible