De Argentina al mundo, y viceversa.

Por Julio De Vido (h).

Pasó una nueva semana del 2021 en nuestro querido país marcado por el 211° aniversario de la Revolución de Mayo, las nuevas medidas restrictivas de la circulación estrictas por los números récord que día a día nos estremecen en lo que refiere al avance del coronavirus en nuestro territorio, la llegada de millones de vacunas que llegaron, y seguramente lo seguirán haciendo, y las imágenes de los corrales del mercado de Liniers vacíos por el cese de comercialización impulsado por la Comisión (Mesa) de Enlace.

Desde la Federación Argentina de Matarifes y Abastecedores, importante actor en la cadena cárnica en lo que refiere al abastecimiento de los grandes centros urbanos, comienzan a preocuparse en lo que refiere al abastecimiento de carnes para los primeros días del mes de junio, agravado por la continuidad de la medida de fuerza de las entidades agropecuarias hasta el próximo miércoles.

Ninguno de los actores citados hasta el momento forma parte de la mesa de negociación entablada por el ministerio de Desarrollo Productivo, con el ministro Kulfas a la cabeza, secundado por la secretaria Paula Español y con terminales directas en cuanto a la rúbrica de dicho posible acuerdo en la lapicera del presidente Alberto Fernández. Del otro lado de la mesa el único interlocutor es el consorcio ABC que junto a los productores ganaderos se tratarían de los principales afectados por la medida de cierre de exportaciones.

Sin embargo, en esta edición no es mi intención seguir abrumándolos con el trasfondo de la negociación que esperamos llegue a buen puerto en la semana entrante.

Para refrescarles la memoria, sobre el final de la edición anterior les comenté que la formación del precio de la carne tiene múltiples factores que lo afectan pero también si mal no recuerdan el título de la nota hablaba de “condimentos criollos”, hoy por hoy esos condimentos sazonan a prácticamente todos los sectores de la economía real argentina con la deferencia de que no todos esos sectores “se comen” y afectan la canasta de consumo y los ya ajustados ingresos de los argentinos.

Esos condimentos se componen de una macroeconomía sumamente debilitada entre otras cosas por la abultada deuda contraída por la administración Macri que genera inestabilidad cambiaria, la semana próxima seguramente nuestro dólar oficial este llegando a los cien pesos, espiral inflacionaria que no cede, falta de inversiones para elevar la capacidad productiva y el duro golpe recesivo de la pandemia.

No me suele agradar compararnos con el resto del Mundo, hablando en términos FODA, tenemos nuestras fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, sin embargo, a veces puede ser inevitable caer en las comparaciones para comprender eventos y desarrollos, inclusive cuando uno estudia la historia se está comparando, más aún si se trata de historia económica.

Días atrás repasando datos me encontré frente a la tabla de los diez mayores exportadores de carne bovina del mundo, en la cual Argentina se encontró en el 2020 en el sexto lugar. Tomando muchos comentarios que se escuchan en los medios de comunicación hice un pequeño desarrollo seleccionando a cinco de estos países, observando su ratio de exportación sobre producción y sus índices de precios al consumidor. Tres de estos cinco países son del Mercosur, Brasil, Uruguay y Paraguay, los otros dos de Oceanía, Australia y Nueva Zelanda.

Por fuera del análisis deje a Estados Unidos, India, Canadá y la Unión Europea. La selección es sumamente discrecional, pero podría resumirse en que Estados Unidos es la primera potencia económica con lo que ello implica, India no tiene consumo interno, Canadá abastece en forma predominante a EE.UU. y la Unión Europea importa prácticamente lo mismo que exporta. De cualquier manera, salvo con India, los indicadores que se buscan resaltar serían muy similares a los países seleccionados.

  • Brasil: El aumento de precio de los alimentos como las carnes (1.01%), o la leche larga vida (2.4%), o el pollo en trozos (1.95%) y en el tomate (5.46%), torno a los alimentos en la casa (0.46%) más caros que en el mes anterior. Eso explica la suba de 0.4% en el grupo alimentación y bebidas. Las carnes durante el 2020 tuvieron un aumento promedio del 18% Inflación anual 6.76%. Exportaciones sobre producción = 25.5%
  • Uruguay: las carnes tuvieron un aumento mensual del 0,76%, se explica por aumentos en los precios de los cortes: carne picada (2,53%), asado de tira (1,56%) y bajas en el precio del pollo entero (-2,65%) y muslos de pollo (-3,85%). El caso uruguayo es particular al tener una especie de pacto social mediante el cual su consumo interno es parcialmente abastecido por carnes importadas de menor valor que las que exporta de Brasil y Paraguay. Impensado e indeseable para el mercado argentino. Inflación Anual. 6.76%. Exportación sobre producción = 78.2%
  • Paraguay: las carnes tuvieron una baja del 0.1% mensual. Los alimentos presentaron una reducción de precios, explicada principalmente por comportamiento de la carne vacuna. Según referentes del sector, se debió al menor precio de exportación (combinación entre apreciación del guaraní e invariabilidad de la cotización internacional), lo cual termina impactando al precio local. Inflación del 2.5% interanual. Exportaciones sobre producción = 61.7%
  • Australia: Las carnes tuvieron un aumento del 1.23% mensual y del 8.35% anual lo que se observa, en ese país, como un favorable pronóstico viendo como los productores recomponen rodeos luego de una prolongada sequía, hecho que limitó la oferta. Inflación anual de 1.1%. Exportaciones sobre producción = 63.4%
  • Nueva Zelanda: – 2.4% de baja en los precios de las carnes anual. El mercado neozelandés tuvo a pesar de una fuerte sequía momentos de alta oferta por la baja de la demanda china (mercado que busco precios más competitivos, como el sudamericano), hecho que motivó que tenga que reposicionar su mercadería. Inflación anual 1.5%. Exportaciones sobre producción = 89.9%

Finalmente, para repasar lo que a diario sabemos, en el último año Argentina tuvo una inflación del 46.3%, las carnes y derivados aumentaron un 67% y las exportaciones de carnes sobre el total producido es del 25%.

Seguramente hay muchas cuestiones intrínsecas a las estructuras de las cadenas cárnicas de los distintos países que estemos soslayando en el análisis, de cualquier manera la intención de estas líneas es pensar juntos distintos factores que hacen a la cuestión de las carnes e intentar traer la discusión al terreno más interno posible, respecto a nuestra oferta nacional, nuestra estructura frigorífica, tanto consumera como exportadora e interpretar a la perfección que demanda y que no nuestro mercado interno para lograr la tan buscada integración de la res que seguramente allí es donde se halle la solución para algunos de nuestros problemas