Basta de democracia y DDHH
Por Mariela Montiel
¿Vamos a poner la argentina de pie?
¿el amor vence al odio?
¿el peronismo es amor?
¿debemos ser democráticos y republicanos?
¿la Patria es el otro?
¿Es con todos?
Compañeros y compañeras, el 9 de julio pasado se celebró el día de nuestra independencia, una fecha para reflexionar, los historiadores amamos analizar momentos históricos similares, reacciones políticas, resistencias sociales, etc., y si a esa pasión le sumás la militancia, es realmente apasionante.
Reza un rock and roll nacional “Cada cual pisa como quiere, y tiene su razón de ser, Se sabe que el que carga con piedras, Difícil que se pueda mover”, me pregunto si no estamos siendo víctimas de nuestras semillas ya fosilizadas. ¿La piedra nos está inmovilizando? Analicemos nuestra línea histórica
Arbitrariamente, decido comenzar en 1812, San Martín se vino de España a luchar junto al pueblo para terminar con la opresión española. Llega y organiza junto a Alvear una Revolución y el día 8 de octubre (fecha importante para el Pueblo peronista), derroca al Triunvirato de ideología rivadaviana (es decir, gobernaba para las aristocracias y los españoles), instala un gobierno nacional y lo primero que decide es modificar el orden jurídico(Asamblea del año XIII) que le impedía realizar reformas sociales y políticas , posteriormente organiza el Ejército, recluta al Pueblo (negros, indígenas, gauchos, mestizos) y va en busca de su Plan Continental. Libera Chile y Perú.
El Ejército sanmartiniano es popular, jura liberar a las Provincias Unidas del Rio de la Plata, es decir piensa políticamente la Patria Grande. ¿Entendés que no liberó tres países con amor? ¿Comprendés que cuando los unitarios protogorilistas le negaron fondos para continuar liberando hombre y mujeres del suelo americano no pensaron que “la patria es el otro”? Dejemos de inmovilizar el cambio histórico por ser leales a lemas de principio de siglo. Nos están tirando con armas de fuego y nosotros con tres escarbadientes.
El compañero Juan Manuel de Rosas desde 1829 y hasta 1852 gobernó a los bonaerenses en medio de una guerra civil, el odio de los unitarios, sólo miraban a Europa y ganaban guita sin pensar en nuestros hijos.
Rosas gobernó para el gaucho, al pobrerío y la barriada de aquella época. Defendió nuestra soberanía frente a Inglaterra y Francia que nos “bloquean” el puerto por no bajarnos los lienzos como Rivadavia. Un tipo que modernizó la industria saladera, que atendió las necesidades del interior con una Ley de Aduanas que protegía la producción nacional, que creó el Banco de la Provincia y que pensó geopolíticamente la Patria Grande. ¿vos crees que dijo “es con todos”? Para el caudillo hay una sola clase de hombres, los que trabajan para el desarrollo nacional. Y como en las épocas de la Revolución de Mayo nos pusimos escarapela, con el Restaurador nos identificábamos con el rojo del federalismo. Nosotros siempre fuimos parte del colectivo popular, tenemos que ser leales a los objetivos para lograr la justicia social.
¿Qué quiero decir con esto? Que la política revolucionaria o reformista que modifica la vida del pueblo trabajador, de sus abuelos y sus hijos nunca se logró respetando el pacifismo. Juan Domingo Peron llegó al poder derrocando un gobierno corrupto y cipayo que regaló la lucha de miles de hermanos independentistas al imperialismo inglés, que proscribió al radicalismo, que hablaba de República, pero aplicaba el fraude. El justicialismo fue una revolución inconclusa y se pagó con sangre y vidas. Históricamente los aristócratas españoles, los unitarios, los oligarcas y sus versiones actuales (los macristas y sus aliados) saben muy bien lo que quieren y no escatiman en sangre, ni tiempo. Recordá el asesinato de Dorrego, el bombardeo a la Plaza en el 55, el terrorismo de estado del 76 y la especulación financiera y el odio racial del 2015.
Rosas, Perón, Néstor y Cristina han tenido que batallar con el imperio de turno, con las estructuras culturales en manos de extranjeros y con el “medio pelo” desclasado.
¿Por qué seguimos creyendo que la democracia liberal y la república que se asienta en una justicia comprada, en un Congreso dubitativo y en un Ejecutivo consecuentemente con poder insuficiente, será el medio para lograr la independencia económica y financiera?
La Patria es el peronista que conduce, milita y gestiona para el pueblo. Son los trabajadores, los cooperativistas y los vecinos que se unen para juntar polenta y cebolla para la olla popular.
La Patria no es Macri, no es Vicentín, tampoco el FMI.
El amor no vence al odio. Al odio se lo vence con autoritarismo popular. A los compañeros sindicalistas en los 60, los milicos asesinos no los secuestraban con amor. A Santiago Maldonado, Patricia Bullrich lo dejó morir por odio.
La Argentina se pone de pie con “Todos” los jueces, políticos, movimientos sociales, empresas y líderes que sostengan la necesidad imperante de terminar con la farsa de la democracia financiera, la libertad individual y la libertad de prensa. Los DDHH son para el pueblo, para el que lucha por el bienestar general. No para el racista, especulador y vendepatria. No para quien destina millones de dólares a espía interna mientras el 35,5 % de los compatriotas estaba bajo la línea de pobreza.
El peronismo es amor y humanista después de que al enemigo no se le dio ni justicia por dejar la tasa de desempleo más alta desde 2002, será humanista el día en que los pibes dejen de llorar de hambre, mientras un grupo reducido de apellidos concentra la riqueza nacional.
Podremos garantizar la libertad de prensa cuando canal TRECE y TELEFE deje de ser propietario de la opinión del 60% de los consumidores que viven fuera del AMBA. Se podrá hablar de libertad de prensa cuando se termine el oligopolio de los cuatro grupos económicos a los que pertenecen los periódicos con mayor circulación del país que concentran el 74,18% de las ventas. Sólo el Grupo Clarín domina el 43% del mercado.
La justicia dejará de ser herramienta del poder financiero cuando deje de perseguir líderes sociales y encarcele a especuladores y cómplices de la estafa del sinceramiento, la deuda externa y del espionaje.
Nuestra línea histórica, vista por los liberales cipayos son un ex billete de 5 mangos, un dictador, un tirano, un esposo cómplice y una puta, chorra y asesina.
Los Conductores, los Pueblo y el Ejército unidos por la Liberación de la Patria y el fin de esta democracia ficticia y gorila.
Ya lo decía Jauretche al ver cómo había derrocado a Yrigoyen en 1930
“Los gobiernos populares son débiles ante el escándalo. No tienen, ni cuentan con la recíproca solidaridad encubridora de las oligarquías y son sus propios partidarios quienes señalan sus defectos que después magnifica la prensa. El pequeño delito doméstico se agiganta para ocultar el delito nacional que las oligarquías preparan en la sombra, y el vende patria se horroriza ante las “sisas de la cocinera”