Sil Cepeda: Aislamiento Social
Para estos días nada nuevo bajo el sol, sí claro. Todos sabemos que estamos transitando este momento, todos sabemos que la casa está distinta, que estar en casa es distinto, pero estar en casa es seguro.
¿Salir? Salir es una mezcla de aventura, escape y ritual. Cada casa tiene el suyo, los que más leí y escuche, porque estos días abundan los audios, van desde usar la misma ropa, inventar barbijos con botellas descartables, llevar alcohol en gel, guantes. Dejar listo el baño, nuevo calzado, un tacho para la ropa y fundamentalmente el rociador, con agua y 10% de lavandina, el balde y trapos para limpiar todo, pero todo, con esa poción mágica.
Las bolsas, carritos, objetos y el piso desinfectados, lavar cada fruta, verdura, cambiar rápido las bolsas de la carnes, tirar todo lo que estuvo en contacto con otros y lanzarnos al baño. (Estos días parecen no haber tantos otres, de esos que nos miramos y reflejamos, son más bien otros, son esos, que mejor tenerlos lejos…)
Ese baño, que es otra historia, abundante agua caliente y jabón con mucha espuma para el cuerpo. Un baño que te quita hasta el último posible indicio de haber salido, que arrastra todo, que reconforta, para al fin recuperar el aliento, respirar profundo y volver a estar seguros en casa.
Quedarse adentro es otra aventura, polulamos entre Netflix, YouTube, plataforma de aquí y de allá, televisión -casi seguro canales de cable, los de noticias-, para algunos la radio para otros spotify. Vamos de la habitación al living, a la cocina, del sillón a la silla o a la cama y ya no sabemos ni como sentarnos. Los que nunca ejercitamos, imaginamos que estando en casa podíamos hacerlo, pero no, mejor no… para que. Cuando esto se termine me anoto en un gym o a lo mejor voy a trotar a la plaza.
A esta altura ya habrán limpiado de ida y vuelta la casa, habrán probado recetas nuevas e improvisado con esas dos latas que estaban en la alacena desde navidad esperando la mejor ocasión o que simplemente las re descubrieran.
Seguramente pasamos por alguna lectura olvidada, alguna otra obligada, y volvimos a la limpieza. Sin olvidar que ya probamos en cambiar muebles de lugar. Esta vez, el orden y ocupar el tiempo productivamente nos llevo a los placares, ¡ encontraste de todo!
Verano e invierno prometiendo que vas a separar la ropa, esta vez hubo tiempo. Incluso para preparar la bolsa para donar.
Así siguieron pasando los días, una nueva rutina llegó a casa. Revisar mensajes, preparar el mate, informarse, preparar el almuerzo, trabajo virtual, cumplir en horario y si es necesario fuera de él, eso que me mandan para hacer tiene que estar listo y ser perfecto… mejor no pensar en que un día puedo ser prescindible, eso es demasiado para estos días…
Y seguir, buscar algo entretenido, distendido, hoy no nos toca salir a comprar. Llega la noche, la cena y la serie que venía mirando. Publicar un par de estados, compartir fotos, algún mensaje de esos correctos y un par de chistes para provocar.
Días cálidos, salvo alguna lluvia y madrugada más fresca, el clima es agradable, el ideal para que no se disemine el virus. Eso dijo un especialista, en no sabemos qué, pero seguramente prestigioso y de renombre en su país, el video nos había llegado por cadena en WhatsAap.
Hablaste con cuanto pariente y amigos tenías pendientes desde el último llamado de cumpleaños, planificaste cuatro cenas, dos almuerzos y una escapada al Delta para después de la cuarentena.
¿Y esa bolsa preparada para donar? ¿Donde la llevo? ¿A quien se la dejo? Hace tres días esta ocupando lugar… ¿que habrá pasado con los muchachos, con las señoras, con esas familias que pasaban por la puerta de casa cartoneando?
La nostalgia nos detuvo un rato, un buen rato.
Volvimos al celular y repasamos los mensajes en los grupos, algo habíamos visto por ahí, pero era demasiado triste para prestarle atención en estos días de encierro. Tenía que buscar solo aquello que me mantenga arriba e informado con lo justo y necesario.
Ahí estaba… eran datos estadísticos, aburridos, fríos, no estaban ahí los pibes que pasan por mi cuadra. A estos los veo, bueno aveces los veo…
Quizás debería haber comenzado diciendo… para estos días hay cosas nuevas bajo el cielo raso, solo para los que tenemos cielo raso y no siempre es aislamiento social.