2003-2007, salarios, asados y estabilidad.

Por Julio De Vido (h).

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Interesantes comentarios de parte nuestros queridos lectores generó la propuesta que dejamos planteada la edición pasada sobre analizar, comparar y/o carear, el desarrollo de los precios internacionales de las commodities agropecuarias con los precios internos no solo de nuestro país sino de otros países.

Al finalizar la nota también propusimos observar y analizar en retrospectiva lo sucedido en el período 2003-2007 bajo la gestión de Néstor Kirchner, hoy comenzaremos a desandar ese capítulo de nuestra historia desde la perspectiva que nos atañe.

Solo para comenzar con algunos datos duros para poder avanzar con el hilo. El presidente Kirchner asumió el 25 de mayo de 2003, la cotización internacional de la tonelada de soja en el Mercado de Chicago era de 231 dólares, cincuenta y cinco meses después aproximadamente, al traspasar el mando a CFK el 10 de diciembre de 2007, en ese mismo momento la tonelada de soja en ese mismo mercado cotizaba 413 dólares, en pleno rally alcista que llegaría a los 634 dólares en julio de 2008.

Es decir, con altibajos y marcada volatilidad, la tonelada de soja durante el mandato de Néstor Kirchner aumentó un 78%. Siendo meticuloso, la comparación de fechas, fundamentalmente de meses, Mayo vs. Diciembre tiene importantes sesgos al ser el primero de estos un mes de cosecha y el último un mes de siembra y baja oferta, pero al tratarse en ese caso puntual de ese año un momento de suba sostenida y hecha la aclaración lo dejamos pasar.

En los últimos meses se ha especulado mucho con el impacto que estas subas en los principales productos de exportación argentina tienen en nuestra canasta de consumo interno, cabe destacar también que desde agosto de 2012 hasta mayo del 2020 la soja, por seguir hablando de lo mismo, se encontraba en un sendero de tendencia bajista que había encontrado un temporal equilibrio alrededor de los 370 dólares la tonelada cuando ocho años antes se encontraba en aproximadamente 680 dólares, sin embargo faltaría a la verdad y a ustedes mismos si les dijese que en ese mismo período tiempo no sufrimos de aumentos sostenidos de precios de mayor o menor intensidad.

Entonces volviendo al período en cuestión veamos que sucedió con algunos indicadores de nuestra economía:

  • La cotización del dólar paso de $2,85 (May-2003) a $3,15 (Dic-2007), una depreciación del 10.5%
  • La inflación general del período fue del 44.1% (0.75% mensual), el rubro alimentos fue del 50.07% (0.89% mensual).
  • El asado, fundamental en nuestra mesa, aumentó su precio de $5,62 a $8,78 “solo” un 56,22%, todo un período menor a lo que fue el aumento solo durante 2020.
  • Las exportaciones de carne bovina promediaron las 448.000 toneladas, mayores a las de todos los años de gestión de CFK excepto 2009.
  • El salario mínimo, vital y móvil, paso de $200 en mayo de 2003 a $980 en diciembre de 2007. Un aumento del 390%. Medido en asado, el poder de compra paso de 35,58 kilos a 111,61 kilos. No más comentarios.

No me considero un gran partidario de comparar periodos históricos entre sí aun habiendo pasado “solo” catorce años, sin embargo, la situación pareciera ameritarlo al sucederse con el pasar del tiempo y de las gestiones la reiteración en errores u omisiones que llevaron a largos periodos de inestabilidad e incertidumbre, como el que estamos viviendo hoy por hoy.

La cadena lógica de hechos que deberían sucederse en un escenario de precios internacionales como el actual en un país exportador como el nuestro, pero con otra situación de equilibrios sería un aumento del ingreso de divisas que permita tener un frente externo sólido, de la recuperación del valor de la moneda y los ingresos de la sociedad como así también un aumento en la recaudación por mayor actividad.

Cabe reiterar una vez más, saliendo de una de las peores crisis de nuestra historia como fue la de 2001, hubo un modelo económico que funcionó, un salario mínimo al alza, competitivo a nivel regional, un peso estable, un sector agropecuario pujante y dinámico tanto en su frente interno como externo, un modelo de acumulación de reservas que le permitió a Néstor Kirchner cancelar la deuda con el FMI con fondos propios, sin refinanciamiento ni sujeción a planes económicos exógenos.

En las próximas ediciones estudiaremos el resto de las variables tanto financieras como fiscales que tuvieron que ver con este período.